lunes, noviembre 26, 2007

 
Cristina y los monstruos
Por Abel Posse Para LA NACION
Lunes 26 de noviembre de 2007 Publicado en la Edición impresa


Nuestra flamante mandataria tomará, a partir del 10 de diciembre, el gobierno. Lo hará a "tranquera cerrada", incluyendo mucho personal usado y con un estilo acostumbrado al presidente que ya cesa. Enfrentará también un legado pesadísimo. Son los monstruos incubados durante años: inflación (mal disimulada), violencia sin respuesta de seguridad, corrupción, energía en estado límite, aislamiento internacional. Son los jinetes de un apocalipsis que deberá ser conjurado con mucha determinación y originalidad, despojándose de continuismo. En los primeros cien días, Cristina Fernández tendrá el hamletiano problema de ser o no ser. O sabrá proceder con la determinación de un creador de poder o será heredera de un sistema con muchos engranajes gastados. Por el conocimiento que tengo de la presidenta electa intuyo que éste no será el caso. No se le puede imaginar un futuro isabelino. Es en los primeros meses cuando un mandatario señala su espacio, su estilo y su voluntad frente a sus partidarios y la totalidad de la Nación. Es cuando demuestra ser, o ser un delegado. O mejor: es cuestión de ser ahora o de no ser nunca. El gabinete inicial, si se confirma, contiene más de lo conocido que de "lo bueno por conocer". Hasta ahora, la presidenta electa parece más bien una presencia exótica y radiante, engarzada en una melancólica foto de directivos de un club de barrio que logró zafar del descenso. Salvo las importantes novedades del Ministerio de Ciencia e Investigación, del ministro de Economía y de quienes cumplieron adecuadamente en las esferas técnicas de sus carteras. Todo gobernante de raza se parece a sí mismo. Necesita su acto de personalización del poder. ¿Qué mejor acto para la presidenta electa que embestir novedosa y creadoramente contra las causas que exigen una renovación total de fondo y de procedimiento? Uno de los monstruos que hereda es el desdichado conflicto con Uruguay. Hemos llegado a una situación intolerable y peligrosa: del silencio y estancamiento de los gobiernos estamos pasando a lo más temible, que es un odio de pueblos, una nacionalización rencorosa del disparate. Y esos odios pueden durar décadas. Además, implicaría un fracaso del sistema regional y del Mercosur. Urge actuar. Urge restablecer la diplomacia, que es diálogo en vez de conflicto. Se abrió la instancia ante el Tribunal de la Haya, máxima autoridad internacional. Seguramente el Gobierno pensó que, enviando el caso al remoto y alto tribunal, se anestesiaría la acción del exaltado piqueterismo de Gualeguaychú. No fue así, y por debilidad gubernamental los delictivos cortes de rutas y puentes continuaron. Estos cortes son un episodio de extrema gravedad para todo el mundo, salvo para la Argentina, donde el articulado constitucional y el Código Penal son alegremente olvidados. La Argentina presentó en La Haya descripciones de proyecciones de una virtual -posible, pero todavía irreal- contaminación. Pidió erróneamente medidas precautorias para paralizar las obras y esto fue denegado por trece votos de los jueces contra uno cuando todavía la fábrica estaba en los cimientos. Asimismo, la petición ante el Banco Mundial para suspender créditos para dicha construcción fue rechazada por parecido escandaloso score . La presidenta electa es abogada. La pregunta nodal es la siguiente: si la Corte negó la precautoria solicitada por la Argentina y si el Banco Mundial desestimó la disparatada gestión de Picolotti, ¿se puede creer que dentro de un año (en el más breve de los casos) la sentencia de la Corte podrá ordenar la demolición de ese emprendimiento de cientos de millones y en pleno funcionamiento? Las negativas a nuestras pretensiones prefiguraban ya la posible sentencia final, pese al entusiasmo de funcionarios dóciles. La pastera de Botnia seguirá trabajando y la Corte Internacional sugerirá los límites y controles de estilo para este tipo de fábricas. Las razones argentinas acerca del poco respeto de Uruguay por las consultas debidas según el estatuto bilateral sobre el río Uruguay tampoco conllevarán la suspensión o demolición de Botnia. El principio de soberanía prevalecerá sobre el incumplimiento de las consultas estatutarias no efectuadas, según alega la Argentina. Además, pesará en nuestra contra el encuentro de los cancilleres Operti y Bielsa. Desde el punto de vista ecológico y medioambiental, no será creíble una Argentina transformada en vestal de la ecología y del medio ambiente que exige perfección en Gualeguaychú y a 500 kilómetros, sea sobre el Paraná o en la cuenca genocida del Riachuelo, bate récords del más elemental descuido ecológico, en su propio territorio y en perjuicio de millones de sus propios ciudadanos. Así las cosas, la presidenta electa tiene dos monstruos irrecuperables para abatir con energía y romper con la agobiante indecisión del actual gobierno para superar causas perdidas. Uno es el tema de devolverle al Indec la autonomía de sus técnicos y su objetividad imprescindible. Este tema es fundamental para todo posible saneamiento de nuestras relaciones con el mundo económico y sobre todo en lo que hace a inversiones. ¿Por qué demorar lo insostenible? El tema de las pasteras ya es un cadáver jurídico para la Argentina. La presidenta podrá reconocerlo y abrir futuras gestiones diplomáticas por el camino del diálogo con Uruguay antes de que se produzca algún acto por parte de los exaltados de Gualeguaychú que pueda terminar en tragedia. Un vecindario exaltado que lucha por su justo confort y por su playa fluvial deberá comprender los intereses mayores de la Nación. Hay que hacer valer la plena vigencia constitucional ante el vecindario que se arroga la facultad de cortar caminos y rutas internacionales. Se restablecería la noción de orden público que el gobierno pasado descuidó (salvo en Santa Cruz). El levantamiento de los cortes abrirá el diálogo con su colega uruguayo para un exigente monitoreo conjunto, distinguiendo los daños soportables en este tipo de fábricas de los irreparables. Habrá que actuar en el futuro con toda la energía ante el peligro de producirse daños de contaminación realmente graves. No hay alternativas ni jurídicas ni políticas para estos monstruos. Si los enfrentara con coraje, la presidenta electa no tendría mejor carta de presentación internacional. Significaría abandonar el mal talante y el conflicto sistemático y retornar a la diplomacia, que es diálogo. Ser presidente de la Nación es ser presidente de todos los argentinos, más allá de sectarismos. Durante el mandato de Kirchner, ni el Gobierno ni la vasta oposición (mayoritaria, pero no electoralmente mayoritaria) sintieron esta dimensión superior y unitiva del mandato presidencial. No hubo diálogo ni debate nacional. Hoy se impone marchar por la gran avenida democrática y salir del mal talante, del búnker y de privilegiar el conflicto en vez del diálogo, como ocurre en la tribal y nefasta oposición amigo-enemigo, hecho que fue el signo del gobierno que cesa.

 
Democracia, mercado y transparencia
Miércoles 21 de noviembre de 2007 Publicado en la Edición impresa

Tres pilares sostienen el desarrollo de los países: las libertades democráticas, la economía de mercado y la transparencia gubernamental. Sobre esa base, quizá la más firme y consolidada de las probadas en el mundo, Nueva Zelanda encabeza el ranking Democracia, Mercado y Transparencia, que elabora el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal). En el último lugar, entre los 153 países evaluados, se encuentra Myanmar, también conocido como Birmania y como Burma. Casi en la mitad de la tabla, la Argentina ocupa el discreto -y mejorable- lugar número 64; entre los latinoamericanos, está por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, Panamá, El Salvador, México, Brasil, Perú y la República Dominicana, y por encima de Colombia, Nicaragua, Honduras, Bolivia, Guatemala, Paraguay, Ecuador, Venezuela, Haití y Cuba. El estudio, elaborado por Gabriel Salvia y Hernán Alberro, de Cadal, cruza los datos que surgen de las mediciones Freedom of the Word, del Freedom House; el Indice de Libertad Económica, de la Heritage Foundation y The Wall Street Journal , y el Indice de Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional. De los tres indicadores surge una radiografía comparativa del estado de las libertades democráticas, la economía de mercado y la transparencia gubernamental. Es interesante observar que entre los mejores países del ranking, después de Nueva Zelanda, están Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suiza, Australia, Holanda, Suecia, Canadá y el Reino Unido. No parece ser una novedad, dada la reputación de todos ellos en los ítems analizados, pero habla a las claras del rumbo que los otros deberían seguir si sus gobernantes tuvieran una mirada de mediano y largo plazo, y la voluntad política necesaria para escalar posiciones. "Al ver los diez primeros países del ranking ya se tiene una clara idea de lo que representa un país desarrollado -concluye el estudio-. Asimismo, resulta interesante que la combinación de los tres factores mencionados ubique en los primeros nueve lugares a naciones que no pueden ser consideradas grandes potencias políticas mundiales. Por su parte, en los últimos lugares aparecen inexorablemente países gobernados por dictaduras corruptas y con pobreza generalizada." En el ranking, cada país tiene un puntaje. Nueva Zelanda, por ejemplo, alcanzó 0,916. La Argentina mereció 0,540. Y Myanmar, el último, apenas obtuvo 0,149. Curiosamente, el primero y el último, Nueva Zelanda y Myanmar, fueron colonias británicas hasta finales de la década del cuarenta. Las diferencias entre uno y el otro, sobre todo en el capítulo de las libertades, son notorias. Basta saber que en Nueva Zelanda priman todas las libertades y que en Myanmar no existe prácticamente ninguna. Uno es el país menos corrupto del mundo; el otro está en el extremo opuesto. Si bien ambos países comparten su calidad de ex colonias británicas, de acuerdo con el estudio de Cadal, existen abismales diferencias en sus niveles de desarrollo. Mientras Nueva Zelanda representa un caso exitoso de país con amplias garantías democráticas, respeto de los derechos individuales, estabilidad económica y confianza en las instituciones, Myanmar se destaca por ser uno de los peores países de la Tierra en los cuales vivir. Según el informe, "no existe ninguna área de la vida en sociedad o de los derechos individuales en la que Myanmar no resulte una enorme prisión". Esto habla a las claras de la importancia que tienen los tres indicadores analizados en la percepción de los países. Sin libertades democráticas, puede haber economía de mercado, pero, como lo demostró Chile durante la dictadura de Pinochet, es muy difícil que haya transparencia gubernamental. Sin transparencia gubernamental, como sucede en otros países de América latina, las libertades democráticas y la economía de mercado corren el riesgo de descarrilar. Y, finalmente, sin economía de mercado, las libertades democráticas y la transparencia gubernamental pueden ser deglutidas por un Estado capaz de demostrar una vez más su ineficiencia, como en tiempos que hoy consideramos pretéritos. En nuestro caso, la pregunta no debe ser por qué Chile, Uruguay (miembro del Mercosur) y Costa Rica (miembro del tratado de libre comercio de América Central con los Estados Unidos) están sobre la Argentina en el ranking, sino por qué no nos vemos mejor frente a este espejo de tres caras y por qué, ante la revelación de estos indicadores, pocas veces hay reacciones oficiales que vayan más allá del menosprecio de sus autores en lugar del razonable replanteo, como en los países desarrollados, sobre lo que habremos hecho o dejado de hacer para merecer calificaciones que pudieron ser superiores.

 
Noviembre 20, 2007
La secretaría de industria borra datos de la década del 90
Posted by José Benegas under decada del 90, inversion
La secretaría de industria, al mejor estilo del ministerio de la verdad de Orwell, se ha ocupado de borrar algunos documentos del pasado.
Si uno busca en Google “inversión década del noventa”, el tercer link conduce a la Secretaría de Industria y el adelanto del texto que se alcanza a ver dice: “Durante la década del ´90 el PBI real de la Argentina creció a una tasa anual del 6%, mientras las exportaciones, la inversión y el consumo …”
Pero al entrar para seguir leyendo aparece cualquier cosa. Sin embargo Google guarda en su caché información anterior y gracias a eso se puede leer el texto original que fue borrado y que tiene poco que ver con los dogmas oficiales sobre esa década sometida a reescritura.

 
Advierten que el precio de los combustibles subiría un 70 %


El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes, Manuel García, advirtió hoy que habrá un desabastecimiento creciente de combustibles y estimó que las fuertes alzas registradas en las naftas y el gasoil pueden continuar hasta colocarse en un 70 % por encima de lo que costaban al asumir el presidente Néstor Kirchner.
“Nosotros adelantamos que se rompería el corset que mantenía planchado el precio del combustible por debajo de los $ 2, con una inflación muy fuerte. No nos equivocamos”, señaló García.

 
Consideran que ‘es galopante’ la inflación argentina
Con duros conceptos sobre el presidente Néstor Kirchner y su sucesora electa, Cristina Fernández, Alvaro Vargas Llosa advirtió ayer en el diario “The Wall Street Journal” sobre los problemas de fondo de la economía argentina y señaló que las instituciones en el país se han tornado completamente disfuncionales.
El periodista y politólogo peruano calificó a Kirchner de “antinorteamericano y antiglobalista” y consideró que “va a ser necesario un milagro, es decir, una traición de Cristina a su marido, para poder evitar el iceberg con el que la Argentina piensa chocar”.
Según Vargas Llosa, el matrimonio presidencial ha manipulado las instituciones para poder presidir un fortuito boom económico, lo que generó una economía llena de cuellos de botella políticos que están consumiendo el capital acumulado en años anteriores.
El ensayista advirtió que esa situación está “produciendo una inflación galopante”, luego de que la gestión kirchnerista socavó sistemáticamente los balances y dominó al Poder Judicial y la sanción del Presupuesto a través de la mayoría parlamentaria, según evaluó.

 
Muy grave: Afirman que las verdaderas reservas del Banco Central suman apenas US$ 9.174 millones
¿A cuánto ascienden en verdad las reservas de libre disponibilidad del Banco Central? ¡Son US$ 43.000 millones, tal como dice el Gobierno? ¿O son poco más de US$ 9.000 millones como dice un diputado opositor? ¿Qué ocurriría si hubiera una crisis y una corrida hacia el dólar? Un economista argumenta que el Banco Central no podría sostener el dólar al cambio actual. ¿Qué papel juegan las Lebacs y Nobacs? ¿Es seguro retirar reservas para pagarle al Club de París?

El Banco Central, entidad que conduce Martín Redrado, no tendría una posición tan sólida como el gobierno quiere hacer creer.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (edición i). El diputado nacional Luis Galvalisi (PRO Ciudad de Buenos Aires) disparó la polémica la noche del pasado miércoles durante la discusión sobre la Ley de Presupuesto Nacional 2008 en la Cámara baja. Allí, según la versión taquigráfica, dijo: “El diputado (Carlos) Snopek (N de la R: FpV presidente de la Comisión de Presupuesto) tiene razón cuando dice que hay US$ 43.000 millones en reservas. Esta hoja que tengo aquí se obtuvo con fecha 7 de noviembre del corriente año en el Banco Central de la República Argentina; es el balance de esa institución. En realidad hay US$ 70.765 millones de activos; pero el activo es una parte del balance. A su vez tiene US$ 61.132 millones de pasivo. De esa forma, las reservas de libres disponibilidad que tiene la Argentina son de US$ 9.174 millones. Y esta es información oficial; esta es la realidad de la Argentina.”La polémica está abierta y resulta indispensable que pueda brindarse una explicación precisa acerca de un tema tan delicado: ¿Cuál es el monto de las reservas internacionales de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina? ¿Miente el Gobierno cuando promociona una suba de las reservas que, aparentemente, no sería tal?Los datos que mencionó Luis Galvalisi en su discurso fueron extraídos del balance semanal que publica el Banco Central en su página web. Allí bajo el título de “Estado resumido de activos y pasivos” se detalla que las “reservas internacionales” suman un total de $135.485 millones, que al cambio oficial ($3,1313) representan US$ 43.267 millones.Es decir, el número de “reservas” que aparece en todas los medios periodísticos y que Martín Redrado se encarga de promocionar. Además, en el rubro de activos, existen otras categorías, pero la más importante es la de “Títulos públicos”, cuyo componente más importante es una “letra intransferible 2016” de $30.370 millones. Este es el papel que le entregó el Tesoro Nacional al BCRA cuando uso parte de las reservas para pagarle al Fondo Monetario Internacional.El total de activos del Central suma US$: 67.797 millones.
ANATOMÍA DE UN BALANCELos “pasivos” se componen de dos categorías principales.
La más importante es la “base monetaria”, es decir todos los pesos que ha emitido el Banco Central y que usamos los argentinos todos los días, esta cifra llega a los $89.706 millones (US$ 28.648 millones).
La segunda categoría en importancia son los “Títulos emitidos por el BCRA”, que son las Lebacs y las Nobac, las letras y notas, que funcionan como bonos, pagan una tasa, que usa el Central para retirar del mercado parte de los pesos que emitió para comprar dólares y así evitar el efecto inflacionario. Entre Nobacs y Lebacs suman $ 59.951 millones (US$ 19.145 millones).

 
Los mejores momentos de las "Charlas de Quincho"
La tradicial sección de Ámbito Financiero, prsentada, como cada lunes en versión resumida para los lectores de

* Repleto el Salón Azul del Congreso, casi un anticipo de otro monumental festejo a realizarse allí esta semana: la entrega del premio Sarmiento a Mirtha Legrand, un sueño que concretará Daniel Scioli como despedida del Senado luego de que su arbitrio personal le permitiera en estos años honrar y sacarse fotos con numerosos artistas (Mercedes Sosa, Roberto Fontanarrosa, Diego Maradona, Leonardo Favio, Sandro). Parte de la campaña política que lo llevó a la gobernación de Buenos Aires (ya que de otros temas tenía veda para expresarse). Pero antes de esa megafiesta con la diva, con unos 700 invitados y generosos bocaditos, Scioli apadrinó el lanzamiento de un voluminoso texto («Libro del 2010») que editó el empresario Mario Montoto, hombre de rara habilidad para convocar personajes de orígenes diversos -ex insurgentes de los 70 y militares de entonces, por ejemplo-, quien a pesar de su exhibición de contactos, no logra hacer negocios con el actual Estado kirchnerista. Al menos, es lo que dicen. Y a pesar de que en ese clima de bélicos prevenidos, casi todos se asombran de la desidia argentina frente al armamentismo creciente de Brasil (en atención a las pavadas guerreras de Venezuela) y hasta de Chile. Con lo cual podría decirse que en el lugar se reunió el club «Compren armas, por favor», o «Actualicen a las Fuerzas Armadas». Pero, argentinos al fin, ese tema no dominó el encuentro: casi todos hablaban de la remoción del jefe de Inteligencia del Ejército, general Osvaldo Montero (el último que restaba de la promoción de Roberto Bendini), por parte de la ministra Nilda Garré y con la insinuación de que el militar cesanteado participaba en una conspiración contra las autoridades democráticamente elegidas. O sea, contra la Garré. Demasiado humo para tan poco fuego. * Circulaban, aunque apretados, el senador José Pampuro -en cuyos tiempos de ministro, parece, Montoto se sentía más cómodo-, otro amigo íntimo como Rafael Bielsa (con futuro desconocido, siempre en el gobierno), los tres jefes de los estados mayores (el general Bendini, el almirante Jorge Godoy y el brigadier Norberto Constantini), ex de pasado controvertido como Dante Gullo y Diego Guelar, también del otro sector como Juan José Alvarez, gente con pasado menos complicado como la senadora María Laura Leguizamón, empresarios como Carlos Martinangeli (Nec) y Julio Werthein (La Caja), también Diego Gorgal, sacerdotes varios, Daniel Hadad (a quien le atribuyen la intención de promover un diario en La Plata con inclinación sciolista), el famoso arquitecto Mario Roberto Alvarez, el recaudador Santiago Montoya, el ex piquetero Emilio Pérsico, la productora de cine Lita Stantic, el ex embajador israelí Itzak Aviran (también proveedor de material sensible para los militares y empresas privadas), el ex jefe de Policía Adrián Pelacchi (dueño de una empresa de seguridad), Julio Hang (un general que se suponía comandante cuando asumió Néstor Kirchner y terminó en la caja jubilatoria), Jorge Pereyra de Olazábal ( orgulloso de que su UCeDé había obtenido más votos que Ricardo López Murphy y Jorge Sobisch) y un núcleo reconocido de altos empleados de la Justicia. A Montoto no le faltan amigos en ningún sector. Curioso: todo el cotilleo aludía a las operaciones de Aníbal Fernández contra la Garré y a las de ésta contra el todavía ministro del Interior, al conflicto entre ella y el general Bendini (se sabe que la ministra le pidió a Néstor Kirchner -y a su mujer- que decapite al actual jefe del Ejército, también a su colega de la Armada); nadie se sorprendía de que al militar apartado lo despidieran por haberle escuchado sus conversaciones telefónicas con otra funcionaria (del ministro Fernández, precisamente). Hasta se diría que a esta encumbrada congregación le parecía común, y para nada reprochable, que la SIDE se ocupe de grabar a los ciudadanos, conspicuos o no, funcionarios o no, según el donaire de algún alto miembro del gobierno. Más con la coincidencia general de que en ese organismo de Inteligencia nadie hace tareas que no sean instruidas o supervisadas por el Presidente (caso contrario, preguntarle a uno de sus más cercanos colaboradores cuyo hijo también tuvo un tropiezo de interferencias y confiscaciones).* Algunos de los magistrados presentes, Claudio Bonadío o el cada vez más joven Rodolfo Canicoba Corral, evitaban pronunciarse al respecto; más bien -deben entender- es ocupación de los fiscales investigar si le pinchan o no los teléfonos a cualquier ciudadano común. Preferían sonreírse con la apreciación de un atrevido: Montero está bien echado, no puede ser que dirija la Inteligencia militar y no sepa que lo graban. Después, esos informados presentes dialogaban sobre el propósito del gobierno de dividir la SIDE en tres cuerpos, inclusive hasta eliminar su casa central, rescatando una propuesta del ex manzanista Gustavo Druetta cuando era colaborador de Jorge Taiana. Ninguno arriesgaba fechas ni decisiones, apenas si parecían molestarse con el levantamiento de la estación que el organismo disponía en Bolivia, con lo cual ahora sólo se tendrá información de lo que ocurre en ese territorio convulsionado por lo que promueven los diarios. Parece poco serio. También, señalaban, es obvia otra obsesión del gobierno, siempre irritado por las noticias de los diarios que ellos no brindan. Como los militares, como Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde, también los Kirchner se envenenan con los presuntos mensajeros que brindan datos o historias a ciertos medios -los imaginan espías de alguna desestabilización- y, según confiesa la propia Cristina, los diarios desfiguran la realidad, imponen situaciones que en rigor no ocurren. Por ejemplo, la inseguridad. Si el gobierno lo dice -y lo dirá con insistencia-, tal vez eso sea cierto. Nadie, en ese Salón Azul, iba a oponerse. Si no están en la nómina, piensan estarlo. Entonces, preferían hablar sobre el libro presentado por Scioli-Montoto-Pampuro (una compilación de 20 autores realizada por un ex edecán de Carlos Menem, Gustavo Gorriz, sobre potenciales conflictos en la región) o dirimir un juego de acertijos sobre las diferencias entre Néstor y Cristina. Hay una en la que se descubrió unanimidad: a ella le gusta leer (planes, papers, lo que sea) material que le acercan colaboradores, nunca se molesta por la extensión o el aburrimiento de los textos; en cambio, él no es propenso a la lectura, en todo caso sólo exige una hojita, escueta, mínima, cuando los temas lo exceden. Pero, como se sabe, a él nada lo excede. * Aligerados de política y economía, en otros quinchos foráneos, se vivía otra tensión. En Punta del Este, por ejemplo, donde el Conrad festejó sus primeros 10 años y, aunque cantara Paul Anka éxitos de los 70 aún no controvertidos por ninguna organización, faltó al evento Susana Giménez a pesar de que llegó invitada al balneario. Infinidad de versiones: del mal humor por la concurrencia a la fiesta Eunice Castro, ex de su ex Jorge Rama, o continuidad del disgusto por su episodio con la banda Duran Duran. Ocurre que la producción de su programa se olvidó de notificarla de la asistencia del grupo -obvias estrellas de su show-, por lo tanto llegó tarde y apenas si pudo saludarlos y presentarlos. Con ese enojo viajó a su chacra puntaesteña. Allí, también desde su propia chacra, viajó para celebrar y encabezar la fiesta del hotel Mantra el locutor Oscar González Oro, quien después de tantos años en «Radio 10» parece dispuesto a cambiar de onda, aunque muchos reniegan de esa versión (suponen que es parte de la renovación del contrato). Lo notable es la formidable multitud de versiones que existen al respecto. Menos tensos, en cambio, estaban Moria Casán -sólo aguantó a Paul Anka 15 minutos y después se escapó con su novio- y el estilista Roberto Giordano, quien anunció como noticia del año que ha recuperado para su staff a Nicole Neumann luego de cuatro años de peleas. Por si faltaba algo, en el Conrad también apareció María Susini, la embarazada por Facundo Arana, una animosa muchacha que hace tiempo buscaba la fama. Al padre de su futuro hijo, sin embargo, le disgusta el tratamiento de la prensa y hace poco envió una carta documento protestando a la revista «Gente». Ella, por lo visto, no piensa lo mismo. * Más amplio el almuerzo, esta vez, en el Centro de Ingenieros (fiambres, pollo con papas y helado) para celebrar -previo pago de 70 pesos- los 20 años de los primeros triunfos de UPAU en la Universidad. Hecho medianamente histórico de jóvenes liberales que lograron terciar entre la burocracia radical y la peronista, algunos presentes en la mesa: de Juan Curutchet (nuevo director en el Banco Ciudad) a Santiago Lozano, Carlos Maslatón, Héctor Huici, Oscar Jiménez Peña, Paula Bertol, Federico Pinedo, Marcelo Godoy, Pablo Walter, Alejandro Perazzo y Bruno Screnzi. Se divirtieron, cantaron estrofas no habituales en ese lugar por lo escandalosas, no se reprocharon haber pertenecido a la UCeDé de Alvaro Alsogaray y, por el contrario, pasaron buen tiempo despellejando a heridos del macrismo. De la postergación de Eugenio Burzaco como responsable de seguridad (ahora estaría tentado de cruzar la general Paz y colaborar con Carlos Stornelli), el abandono de Ignacio Liprandi o el de Carlos Tramutola. Buen muchacho Mauricio, coincidían, aunque también aceptaban que la transición ha sido larga para la inexperiencia de Macri. Y recordaban que a Carlos Melconian no lo llamaron para el Banco Ciudad -dicen que se enteró por los diarios sobre la designación de Federico Sturzenegger-, mientras que a Diego Guelar no lo convocaron a ningún cargo, pero le reclamaron asistencia para el último viaje a los Estados Unidos. En rigor, parece que Guelar no está demasiado interesado en ocupar un lugar público. Tanto sabían sobre el entramado Macri que, afirmaban, éste les ha prometido a sus máximos colaboradores un bonus de varios salarios si en la gestión cumplen los objetivos declarados en tiempo y forma. Como si fuera una licitación. • Hubo tiempo para el recuerdo y precisar que, entre los miembros de Upau, en algún momento estuvieron Sergio Massa y Ricardo Etchegaray (dos de las promesas hoy de Kirchner), Cristian Folgar (a cargo de Combustibles con Julio De Vido) y Marcelo Elizondo, hoy en Exportar. Todos, más o menos grandes ya, se emparentaron con el ascenso de Martín Lousteau al Ministerio de Economía. Unos, sin explicarse cómo un egresado de San Andrés puede compartir criterios de administración económica con alguien como Guillermo Moreno (se olvidaron de plantear que el control de precios, en todo caso, lo impuso Kirchner), mientras que otros decían: «También se puede expresar al revés: ¿cómo un militante barrial como Moreno, estatista y peronista de años, puede compartir criterios con un presunto liberal surgido de San Andrés?». Ellos mismos podían ser una contradicción en ese almuerzo, de ahí que viniera como un bálsamo un recuerdo de Lozano sobre la llegada del ministro más joven al primer gobierno de Juan Perón. Fue Hipólito Paz, «el Tuco», quien jamás pensó que lo nombrarían ministro. Fue a la reunión con el general, a través de un contacto, para que el general lo ubicara en un buen consulado y, en la charla, el general le ofreció la Cancillería. Con más libertades, claro, de las que dispondrá Lousteau. * Es esposa de un petrolero y cineasta, pero la psicóloga Nancy Estrada Mora se destaca por otra misión: combate la violencia familiar con un método para amparar a las mujeres golpeadas. Como a estas mujeres, cuando vuelven a sus casas, las vuelven a golpear más allá de la intervención policial o judicial, la titular de Casita de Colores ideó un sistema semejante al del «testigo encubierto» y les muda el paradero, dispone una organización para albergarlas en otros domicilios. Considerable éxito, de ahí la fuerte presencia de empresarios y embajadores en el Hotel Intercontinental, donde sirvieron una combinación de gastronomía criolla y oriental: cordero sobre una cama de cus-cus. Algunos del negocio del petróleo aseguraban que tanto Esso como Petrobras ya convinieron el traspaso de una empresa a la otra, pero el gobierno se opone: no parece dispuesto a tolerar mayor expansión de los intereses brasileños en ese sector. Nadie, sin embargo, imagina cómo culminará el caso. Para unos, el gobierno privilegia ese rubro para el capital nacional, otros estiman que las últimas medidas sobre los combustibles constituyen un avance que devalúa el precio de las empresas que participan del negocio. Como, se afirmaba allí casi en primicia, la inminente suba de regalías por un artilugio de cálculo a cargo de los productores. De esa manera, aseguraban, se calmarán los gobernadores y, de paso, bajará aún más el precio de las compañías petroleras. Nadie afirma que se trata de una conspiración, pero todos hablan como si lo fuera. * Otra mujer, quizá más famosa que la psicóloga -y por otras razones- presidió el quincho en Madero Tango, un local sobre el río naturalmente dedicado a los menesteres de la música popular. Para turistas, como la notoria soprano italiana Katia Ricciarelli, de espléndida voz, ahora dedicada al cine, quien ha sido más cambiante en amores que María Callas (en rigor, una víctima del amor la griega), ya que entre otros romances aparecen el tenor José Carreras, el animador Pippo Baudo (Festival de San Remo). Se habla, claro, de los amantes famosos. Vino la Ricciarelli con el ministro de Italia de Bienes Culturales, la viuda de Gillo Pontecorvo («La batalla de Argelia», «Queimada») y Andrea Nocella, hijo de Giorgio, quizás el mejor amigo de Franco Macri, también su socio alguna vez en Socma. Todos incursionando en temas de cine (presentaron una película de autor), del negocio más precisamente (hagan películas en zonas que luego quieran explotar turísticamente, recomendaban los italianos, quizá presagiando la conjunción turismo-cultura que diseña Mauricio Macri), de subsidios y prebendas, con el anecdotario de la Pontecorvo de su marido: «Una vez filmó con Pavarotti, fue lo que más lo divirtió en su vida». Como nadie conocía el film, ella precisó que se trataba de una publicidad para un desodorante y que ambos, más ella, se la pasaron riendo, comiendo y disfrutando. Nunca el cine nos dio tanto. Mientras, la Ricciarelli aplaudió el espectáculo de tango y pidió, antes de irse, visitar las obras del Colón. «Fue uno de los lugares en los que mejor canté en mi vida, espero que no le hagan daño a la acústica.» Y antes de viajar a Ezeiza, se puso un casco y como una obrera recorrió la demorada reconstrucción.

miércoles, noviembre 21, 2007

 
¿República o corporación?
La Argentina eligió un sistema de administración en cual el pueblo gobierna a través de sus representantes, elegidos mediante el voto. Sin embargo, en verdad nos rige un sistema corporativo donde los individuos no son el centro de la escena, sino que han sido reemplazados por organizaciones colectivas que sustituyen el interés individual por el grupal.
La semana pasada, una investigación del diario La Nación dio a conocer la existencia de un decreto ya firmado y vigente según el cual el Poder Ejecutivo, a través de la SIGEN, controlaría, a partir de ahora, las cuentas del Congreso y de la Justicia, convirtiendo, desde el punto de vista práctico, a ambos poderes en dependencias de la presidencia. El título del matutino porteño explicitaba una sospecha que se tiene desde hace rato: la de que el presidente ha desconocido los obstáculos que la Constitución pone para salvaguardar la división de poderes. Sin embargo, desde las elecciones, pareció asomar un apaciguamiento de los modos encarado por Cristina Fernández que llevó a algunos a creer que estábamos frente a un cambio de actitud respecto al avasallamiento de las instituciones y de los distintos sectores de la sociedad con los que el presidente decidió estar en guerra desde que asumió el poder. Con el nuevo decreto, surge la duda acerca de si estaremos sometidos otros cuatro años a un gobierno dispuesto a vender un engaño, morigerando las formas, para, después y por detrás, seguir controlando y concentrando todo el poder. El problema es que, cuando la sociedad cae en la trampa, le resultará difícil sacarse de encima a quien se apoltronó en las riendas del Estado. Hay muchos casos de estafas de este tipo en la Historia. Hugo Chávez aparecía como un pobre corderito, antes de lograr hacerse elegir en Venezuela, diciendo que la libertad de expresión estaba asegurada en su país y que la actividad privada seguiría siendo el pilar de la economía, entre otras cosas. Sus promesas electorales, evidentemente, tranquilizaron a mucha gente y despreocuparon a otros que veían a Chávez con dudas. Pero una vez que se instaló en el poder, todo el mundo supo en qué quedaron aquellas palabras suaves y contemporizadoras. Hitler, salvando las distancias, ha sido otro caso que hasta logró convencer a media Europa de que era un demócrata. ¿Estamos frente a un gobierno capaz de maquillar sus apariciones públicas para, después, hacer lo que quiere? ¿Hasta qué punto las de Cristina no fueron caretas que, con sus palabras de moderación, pretenden tranquilizar a los que dudan para seguir engañando a todos? La otra idea que surge a partir del triunfo de CFK es la del pacto social. Hay distintos sectores que se van asegurando una participación en esa discusión. Uno de ellos es el sindical, que ya advirtió que ese pacto no se limitará a la cuestión salarial. Los gremios siempre llegan a esa famosa “mesa” de negociaciones con un elemento que los otros sectores no tienen: el uso de la fuerza. El sindicalismo, por propia decisión, puede parar el país. Esto produce, de entrada, una desigualdad muy importante a la hora de la discusión porque una de las partes, dispone de algo que las demás no tienen. Los antecedentes en Argentina sobre pactos sociales no son buenos. El más estrepitoso de los fracasos fue el protagonizado en la década del 70 por Celestino Rodrigo, que produjo una explosión inflacionaria y salarial que no dejó títere con cabeza y fue la consecuencia del embretamiento contranatura del “pacto”de Gelbard. El país eligió, para administrarse, un sistema de representación por el que la sociedad, a través del voto libre, elige a sus representantes para que las distintas propuestas e ideas tengan lugar y representación en el Congreso y, allí, se debatan y se aprueben aquellas que coincidan con las de la mayoría. Este sistema de administración parte de la base de que las personas actúan individualmente y gobiernan a través de sus representantes. Sin embargo, la Argentina ha tendido a cambiar este sistema por uno corporativo, donde los individuos no son el centro de la escena, sino que han sido reemplazados por organizaciones colectivas que se adueñan de las individualidades y las utilizan de un modo más o menos discriminatorio que, por su puesto, no excluye la fuerza. Así, el país se convirtió en el escenario de una puja constante entre estos sectores que, según el momento, obtienen ventajas o desventajas. Sin embargo, esas ventajitas alcanzadas por algunos, quedan neutralizadas por la suma algebraica de todas ellas, obteniéndose, de tal modo, un resultado más o menos igual a cero. Este sistema, en donde cobran relevancia los grupos de presión que, valiéndose de la fuerza, obtienen esta o aquella ventaja, no es bueno. Es necesario rescatar la figura del individuo pensante que gobierna a través de sus representantes en el Congreso. Hacerle cobrar entidad a sectores que, en definitiva, no son elegidos por el voto popular no es saludable para la sociedad ni da beneficios al hombre común. Sería interesante que un gobierno que se dice inclinado a los que menos tienen se alejara de estas corporaciones y se volviera hacia un sistema en donde el beneficiado sea el ciudadano que no vota ni por sindicalistas ni por empresarios sino por otros ciudadanos teóricamente iguales a él que deben asumir el compromiso y el honor de resolver los problemas de todos.

 
El síndrome detrás del “por qué no te callas”
El exaltado pedido del rey español al presidente venezolano Hugo Chávez dejó al descubierto el verdadero enfrentamiento entre el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad.
Uno de los datos políticos que dejó la reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago de Chile tiene que ver con las reglas de juego democráticas y la institucionalidad de un país, tal como lo demostraron el rey Juan Carlos y el premier español José Luis Rodríguez Zapatero. Allí se enfrentaron el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad que representa Hugo Chávez. Para muchos, el monarca español cometió un exabrupto al reclamarle enérgicamente a un jefe de Estado extranjero que se callara. Pero, la reacción del heredero de los Borbón y del mandatario socialista tiene más que ver con el funcionamiento serio de las instituciones, que con un hecho de violación del protocolo. Simplemente, y ante las duras descalificaciones de Chávez al ex presidente José María Aznar, Juan Carlos y Rodríguez Zapatero dejaron un mensaje muy contundente: España no permite que se insulte en el exterior a sus ex mandatarios. Actuaron en representación de sus responsabilidades, uno como jefe de Estado y el otro como titular del gobierno. Fueron una sola voz ante la iracundia de un mandatario que cada vez se aleja más de los principios republicanos y está llevando a Venezuela a una tensión social insostenible. El gesto de ambos genera una sana envidia, porque ésas son las reglas de juego que existen en España luego del Pacto de La Moncloa y que por estas latitudes sólo declamamos. Rodríguez Zapatero tuvo que defender a su antecesor Aznar porque ésa era su obligación. Frenó a Chávez y no le permitió que descalificara al jefe de la oposición española y su principal enemigo político. No adversario, enemigo. Las diferencias personales e ideológicas han destruido la relación entre ambos. Se odian. No sólo están en las antípodas, sino que uno responsabiliza al otro por todos los males que aquejan a la península ibérica. Representan dos visiones distintas de España en materia política, económica, cultural, religiosa y sexual. Sostienen posturas irreconciliables que los han llevado al encono personal. Sin embargo, nada de esto impidió al premier español defender el buen nombre y honor de su odiado antecesor por el simple hecho de que éste ocupó su mismo cargo y fue elegido por la sociedad de su país en dos oportunidades. Y por eso mismo, a Aznar no le tembló el pulso a la hora de llamar telefónicamente a Rodríguez Zapatero para agradecerle el gesto. Ellos saben –y esto también incluye a Juan Carlos– que sus odios y rencores son simples anécdotas frente a las responsabilidades políticas e institucionales que ejercen, sobre todo cuando están fuera del país. Dentro de España, el rey hace esfuerzos para equilibrar el sistema institucional, mientras que socialistas y populares se agreden como perros salvajes. En el exterior, las cosas cambian. La ropa sucia se lava en casa. Este criterio fue más intenso a partir de que el agresor era un personaje del estilo de Chávez, sin autoridad moral para dar clases de instrucción cívica. Mientras tanto, en nuestras costas se hace todo lo contrario. Chávez se ha dado el gusto de denostar a un ex presidente argentino dentro el país. Y, más grave aún, lo hizo en tres oportunidades y en escenarios cedidos gentilmente por la administración de Néstor Kirchner. Primero, en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Luego, en el estadio mundialista de Mar del Plata. Y este año en la cancha del club Ferro Carril Oeste. ¿Cómo pretender que Kirchner tenga la misma conducta que Zapatero si al cruzarse con Carlos Menem se tocó un testículo en público? Socarrona e irrespetuosa actitud para hacer referencia a alguien que se tilda de mufa, inaceptable en un jefe de Estado. Además, el riojano no sólo fue elegido en dos oportunidades como presidente de la Nación, sino que paradójicamente pertenece al mismo partido político que Kirchner. Todavía menos comprensible. Pero, en la Argentina son más fuertes el odio y la intolerancia que el respeto a las instituciones y a las investiduras. Menem fue el blanco elegido por el santacruceño para construir la gobernabilidad y poco le importó su condición de ex mandatario. También hizo lo mismo con Eduardo Duhalde, su antecesor y aliado político en 2003. El hombre que lo hizo presidente nunca recibió el más mínimo tributo. Ni siquiera Raúl Alfonsín, en su condición de pionero de este proceso democrático. Al igual que Chávez, Evo Morales o Fidel Castro, el actual presidente argentino no rescata nada de lo que se hizo antes y todo lo bueno empezó con él. Esa terrible tendencia a los ciclos fundacionales consolida un círculo vicioso del que no se sale con facilidad. Es una de las características centrales de los populismos latinoamericanos: quien llega al poder es un iluminado que viene a salvar al pueblo de los problemas que le ocasionaron sus antecesores. Se manejan siempre con una de las categorías políticas acuñadas por Carl Schmidtt: amigo-enemigo. Se hace culto a la figura del jefe político y se agrede permanentemente a la oposición. Los fenómenos precursores fueron el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) boliviano y el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) peruano en la década del 50, aunque la impronta más destacada fue acuñada esencialmente por Juan Domingo Perón en la Argentina. Un populismo pragmático, maniqueo y carente de matriz ideológica. Lamentablemente, América Latina no puede dejar atrás el drama del populismo, una invención regional que debió agregarse a los manuales de ciencia política. Caudillos providenciales que son presentados como una especie de “súper héroes” en defensa de los más débiles y que, en verdad, sólo buscan perpetuarse en el poder. Por eso, la reciente manipulación electoral y el creciente clientelismo en la Argentina abren interrogantes respecto al futuro inminente de las instituciones. A pesar de ello, en la región también se perciben procesos políticos transparentes, con alternancia en el poder y sentido republicano. Lula, Michelle Bachelet, Tabaré Vázquez y hasta un renovado Alan García muestran la posibilidad de un camino distinto. Un camino en el que la gobernabilidad se sustenta en el sistema político y las fuerzas oficialistas y opositoras garantizan la estabilidad democrática respetando políticas de Estado. Así viene ocurriendo en Chile entre democristianos y socialistas. Lula se transformó, con matices, en un continuador de la gestión de su rival Fernando Henrique Cardoso. Y ni hablar del Frente Amplio que, además de no desestabilizar el proceso económico uruguayo, respetó y consolidó la alianza con los Estados Unidos acuñada por el ex presidente colorado Jorge Battle. La moderación y el sentido común son las características de estos procesos y las discrepancias no tensionan el tejido social de estos países. Nada se plantea como blanco o negro. Los maniqueísmos ya quedaron perimidos.

 
El síndrome detrás del “por qué no te callas”
El exaltado pedido del rey español al presidente venezolano Hugo Chávez dejó al descubierto el verdadero enfrentamiento entre el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad.
Uno de los datos políticos que dejó la reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago de Chile tiene que ver con las reglas de juego democráticas y la institucionalidad de un país, tal como lo demostraron el rey Juan Carlos y el premier español José Luis Rodríguez Zapatero. Allí se enfrentaron el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad que representa Hugo Chávez. Para muchos, el monarca español cometió un exabrupto al reclamarle enérgicamente a un jefe de Estado extranjero que se callara. Pero, la reacción del heredero de los Borbón y del mandatario socialista tiene más que ver con el funcionamiento serio de las instituciones, que con un hecho de violación del protocolo. Simplemente, y ante las duras descalificaciones de Chávez al ex presidente José María Aznar, Juan Carlos y Rodríguez Zapatero dejaron un mensaje muy contundente: España no permite que se insulte en el exterior a sus ex mandatarios. Actuaron en representación de sus responsabilidades, uno como jefe de Estado y el otro como titular del gobierno. Fueron una sola voz ante la iracundia de un mandatario que cada vez se aleja más de los principios republicanos y está llevando a Venezuela a una tensión social insostenible. El gesto de ambos genera una sana envidia, porque ésas son las reglas de juego que existen en España luego del Pacto de La Moncloa y que por estas latitudes sólo declamamos. Rodríguez Zapatero tuvo que defender a su antecesor Aznar porque ésa era su obligación. Frenó a Chávez y no le permitió que descalificara al jefe de la oposición española y su principal enemigo político. No adversario, enemigo. Las diferencias personales e ideológicas han destruido la relación entre ambos. Se odian. No sólo están en las antípodas, sino que uno responsabiliza al otro por todos los males que aquejan a la península ibérica. Representan dos visiones distintas de España en materia política, económica, cultural, religiosa y sexual. Sostienen posturas irreconciliables que los han llevado al encono personal. Sin embargo, nada de esto impidió al premier español defender el buen nombre y honor de su odiado antecesor por el simple hecho de que éste ocupó su mismo cargo y fue elegido por la sociedad de su país en dos oportunidades. Y por eso mismo, a Aznar no le tembló el pulso a la hora de llamar telefónicamente a Rodríguez Zapatero para agradecerle el gesto. Ellos saben –y esto también incluye a Juan Carlos– que sus odios y rencores son simples anécdotas frente a las responsabilidades políticas e institucionales que ejercen, sobre todo cuando están fuera del país. Dentro de España, el rey hace esfuerzos para equilibrar el sistema institucional, mientras que socialistas y populares se agreden como perros salvajes. En el exterior, las cosas cambian. La ropa sucia se lava en casa. Este criterio fue más intenso a partir de que el agresor era un personaje del estilo de Chávez, sin autoridad moral para dar clases de instrucción cívica. Mientras tanto, en nuestras costas se hace todo lo contrario. Chávez se ha dado el gusto de denostar a un ex presidente argentino dentro el país. Y, más grave aún, lo hizo en tres oportunidades y en escenarios cedidos gentilmente por la administración de Néstor Kirchner. Primero, en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Luego, en el estadio mundialista de Mar del Plata. Y este año en la cancha del club Ferro Carril Oeste. ¿Cómo pretender que Kirchner tenga la misma conducta que Zapatero si al cruzarse con Carlos Menem se tocó un testículo en público? Socarrona e irrespetuosa actitud para hacer referencia a alguien que se tilda de mufa, inaceptable en un jefe de Estado. Además, el riojano no sólo fue elegido en dos oportunidades como presidente de la Nación, sino que paradójicamente pertenece al mismo partido político que Kirchner. Todavía menos comprensible. Pero, en la Argentina son más fuertes el odio y la intolerancia que el respeto a las instituciones y a las investiduras. Menem fue el blanco elegido por el santacruceño para construir la gobernabilidad y poco le importó su condición de ex mandatario. También hizo lo mismo con Eduardo Duhalde, su antecesor y aliado político en 2003. El hombre que lo hizo presidente nunca recibió el más mínimo tributo. Ni siquiera Raúl Alfonsín, en su condición de pionero de este proceso democrático. Al igual que Chávez, Evo Morales o Fidel Castro, el actual presidente argentino no rescata nada de lo que se hizo antes y todo lo bueno empezó con él. Esa terrible tendencia a los ciclos fundacionales consolida un círculo vicioso del que no se sale con facilidad. Es una de las características centrales de los populismos latinoamericanos: quien llega al poder es un iluminado que viene a salvar al pueblo de los problemas que le ocasionaron sus antecesores. Se manejan siempre con una de las categorías políticas acuñadas por Carl Schmidtt: amigo-enemigo. Se hace culto a la figura del jefe político y se agrede permanentemente a la oposición. Los fenómenos precursores fueron el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) boliviano y el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) peruano en la década del 50, aunque la impronta más destacada fue acuñada esencialmente por Juan Domingo Perón en la Argentina. Un populismo pragmático, maniqueo y carente de matriz ideológica. Lamentablemente, América Latina no puede dejar atrás el drama del populismo, una invención regional que debió agregarse a los manuales de ciencia política. Caudillos providenciales que son presentados como una especie de “súper héroes” en defensa de los más débiles y que, en verdad, sólo buscan perpetuarse en el poder. Por eso, la reciente manipulación electoral y el creciente clientelismo en la Argentina abren interrogantes respecto al futuro inminente de las instituciones. A pesar de ello, en la región también se perciben procesos políticos transparentes, con alternancia en el poder y sentido republicano. Lula, Michelle Bachelet, Tabaré Vázquez y hasta un renovado Alan García muestran la posibilidad de un camino distinto. Un camino en el que la gobernabilidad se sustenta en el sistema político y las fuerzas oficialistas y opositoras garantizan la estabilidad democrática respetando políticas de Estado. Así viene ocurriendo en Chile entre democristianos y socialistas. Lula se transformó, con matices, en un continuador de la gestión de su rival Fernando Henrique Cardoso. Y ni hablar del Frente Amplio que, además de no desestabilizar el proceso económico uruguayo, respetó y consolidó la alianza con los Estados Unidos acuñada por el ex presidente colorado Jorge Battle. La moderación y el sentido común son las características de estos procesos y las discrepancias no tensionan el tejido social de estos países. Nada se plantea como blanco o negro. Los maniqueísmos ya quedaron perimidos.

 
El síndrome detrás del “por qué no te callas”
El exaltado pedido del rey español al presidente venezolano Hugo Chávez dejó al descubierto el verdadero enfrentamiento entre el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad.
Uno de los datos políticos que dejó la reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago de Chile tiene que ver con las reglas de juego democráticas y la institucionalidad de un país, tal como lo demostraron el rey Juan Carlos y el premier español José Luis Rodríguez Zapatero. Allí se enfrentaron el respeto a las investiduras y la defensa del interés nacional versus la autocracia y la impunidad que representa Hugo Chávez. Para muchos, el monarca español cometió un exabrupto al reclamarle enérgicamente a un jefe de Estado extranjero que se callara. Pero, la reacción del heredero de los Borbón y del mandatario socialista tiene más que ver con el funcionamiento serio de las instituciones, que con un hecho de violación del protocolo. Simplemente, y ante las duras descalificaciones de Chávez al ex presidente José María Aznar, Juan Carlos y Rodríguez Zapatero dejaron un mensaje muy contundente: España no permite que se insulte en el exterior a sus ex mandatarios. Actuaron en representación de sus responsabilidades, uno como jefe de Estado y el otro como titular del gobierno. Fueron una sola voz ante la iracundia de un mandatario que cada vez se aleja más de los principios republicanos y está llevando a Venezuela a una tensión social insostenible. El gesto de ambos genera una sana envidia, porque ésas son las reglas de juego que existen en España luego del Pacto de La Moncloa y que por estas latitudes sólo declamamos. Rodríguez Zapatero tuvo que defender a su antecesor Aznar porque ésa era su obligación. Frenó a Chávez y no le permitió que descalificara al jefe de la oposición española y su principal enemigo político. No adversario, enemigo. Las diferencias personales e ideológicas han destruido la relación entre ambos. Se odian. No sólo están en las antípodas, sino que uno responsabiliza al otro por todos los males que aquejan a la península ibérica. Representan dos visiones distintas de España en materia política, económica, cultural, religiosa y sexual. Sostienen posturas irreconciliables que los han llevado al encono personal. Sin embargo, nada de esto impidió al premier español defender el buen nombre y honor de su odiado antecesor por el simple hecho de que éste ocupó su mismo cargo y fue elegido por la sociedad de su país en dos oportunidades. Y por eso mismo, a Aznar no le tembló el pulso a la hora de llamar telefónicamente a Rodríguez Zapatero para agradecerle el gesto. Ellos saben –y esto también incluye a Juan Carlos– que sus odios y rencores son simples anécdotas frente a las responsabilidades políticas e institucionales que ejercen, sobre todo cuando están fuera del país. Dentro de España, el rey hace esfuerzos para equilibrar el sistema institucional, mientras que socialistas y populares se agreden como perros salvajes. En el exterior, las cosas cambian. La ropa sucia se lava en casa. Este criterio fue más intenso a partir de que el agresor era un personaje del estilo de Chávez, sin autoridad moral para dar clases de instrucción cívica. Mientras tanto, en nuestras costas se hace todo lo contrario. Chávez se ha dado el gusto de denostar a un ex presidente argentino dentro el país. Y, más grave aún, lo hizo en tres oportunidades y en escenarios cedidos gentilmente por la administración de Néstor Kirchner. Primero, en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Luego, en el estadio mundialista de Mar del Plata. Y este año en la cancha del club Ferro Carril Oeste. ¿Cómo pretender que Kirchner tenga la misma conducta que Zapatero si al cruzarse con Carlos Menem se tocó un testículo en público? Socarrona e irrespetuosa actitud para hacer referencia a alguien que se tilda de mufa, inaceptable en un jefe de Estado. Además, el riojano no sólo fue elegido en dos oportunidades como presidente de la Nación, sino que paradójicamente pertenece al mismo partido político que Kirchner. Todavía menos comprensible. Pero, en la Argentina son más fuertes el odio y la intolerancia que el respeto a las instituciones y a las investiduras. Menem fue el blanco elegido por el santacruceño para construir la gobernabilidad y poco le importó su condición de ex mandatario. También hizo lo mismo con Eduardo Duhalde, su antecesor y aliado político en 2003. El hombre que lo hizo presidente nunca recibió el más mínimo tributo. Ni siquiera Raúl Alfonsín, en su condición de pionero de este proceso democrático. Al igual que Chávez, Evo Morales o Fidel Castro, el actual presidente argentino no rescata nada de lo que se hizo antes y todo lo bueno empezó con él. Esa terrible tendencia a los ciclos fundacionales consolida un círculo vicioso del que no se sale con facilidad. Es una de las características centrales de los populismos latinoamericanos: quien llega al poder es un iluminado que viene a salvar al pueblo de los problemas que le ocasionaron sus antecesores. Se manejan siempre con una de las categorías políticas acuñadas por Carl Schmidtt: amigo-enemigo. Se hace culto a la figura del jefe político y se agrede permanentemente a la oposición. Los fenómenos precursores fueron el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) boliviano y el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) peruano en la década del 50, aunque la impronta más destacada fue acuñada esencialmente por Juan Domingo Perón en la Argentina. Un populismo pragmático, maniqueo y carente de matriz ideológica. Lamentablemente, América Latina no puede dejar atrás el drama del populismo, una invención regional que debió agregarse a los manuales de ciencia política. Caudillos providenciales que son presentados como una especie de “súper héroes” en defensa de los más débiles y que, en verdad, sólo buscan perpetuarse en el poder. Por eso, la reciente manipulación electoral y el creciente clientelismo en la Argentina abren interrogantes respecto al futuro inminente de las instituciones. A pesar de ello, en la región también se perciben procesos políticos transparentes, con alternancia en el poder y sentido republicano. Lula, Michelle Bachelet, Tabaré Vázquez y hasta un renovado Alan García muestran la posibilidad de un camino distinto. Un camino en el que la gobernabilidad se sustenta en el sistema político y las fuerzas oficialistas y opositoras garantizan la estabilidad democrática respetando políticas de Estado. Así viene ocurriendo en Chile entre democristianos y socialistas. Lula se transformó, con matices, en un continuador de la gestión de su rival Fernando Henrique Cardoso. Y ni hablar del Frente Amplio que, además de no desestabilizar el proceso económico uruguayo, respetó y consolidó la alianza con los Estados Unidos acuñada por el ex presidente colorado Jorge Battle. La moderación y el sentido común son las características de estos procesos y las discrepancias no tensionan el tejido social de estos países. Nada se plantea como blanco o negro. Los maniqueísmos ya quedaron perimidos.

 
El nuevo invento: llamarse “productivista”
Los inventos idiomáticos a los que somos afectos en la Argentina nos sumergen en un mundo de eufemismos que esconden la realidad y nos impiden ver los hechos tal cual son.
Los argentinos tenemos la manía de estar todo el tiempo inventando palabras para tratar de explicar lo inexplicable. Creamos la “pesificación” para disimular lo que en el fondo fue una confiscación de la propiedad privada. El “corralito” para no decir que la gente tenía prohibido retirar su dinero de los bancos. Nos referimos a los “superpoderes” en vez de expresar que la democracia republicana no existe y el Poder Ejecutivo puede disponer del dinero de los contribuyentes de la misma forma en que lo hacían los señores feudales con sus súbditos. Estas palabras y otras tantas como “estilo K”, “transversalidad” o “factor de empalme” se agregaron en el último tiempo a nuestro diccionario cotidiano. El listado es largo, pero ahora le acabamos de agregar un nuevo invento idiomático: “productivista”. Este flamante término se usa para afirmar que tal o cual economista o dirigente empresarial son “productivistas”. ¿Qué significa ser “productivista”? Aparentemente, se trata de una persona que cree que la política económica tiene que poner el acento en la producción. ¡Qué genial descubrimiento! Resulta que en pleno siglo XXI descubrieron una nueva teoría económica por la cual la economía tiene que estimular la producción. Imagino que quienes se llaman a sí mismos “productivistas” pretenden ser la antítesis de aquellos que, supuestamente, defienden lo financiero por sobre la producción. Ahora bien, no todos los que aseguran que quieren estimular la producción logran su objetivo con las medidas que aplican. Por ejemplo, durante la campaña electoral de 1983, Raúl Alfonsín decía en sus discursos que cuando asumiera como presidente iba a ir con los gerentes de los bancos a levantar las persianas de las fábricas. La realidad es que bajo su gestión se desarrolló el más fenomenal festival de bonos que uno recuerde, aparecieron las famosas cuevas para hacer negocios financieros y el país estalló en una hiperinflación que paralizó totalmente la producción. Otro caso similar y más reciente se dio cuando el presidente Néstor Kirchner sostuvo, pocos días antes de las elecciones, que su gobierno había adoptado medidas para que las tasas de interés bajaran al 12% anual para los préstamos para consumo y al 9% para los préstamos a empresas. Sería muy interesante que algún funcionario de la actual administración informara en qué banco público o privado se otorgan esos créditos. De paso, también sería bueno que ese mismo funcionario público le comunicara a la población dónde se pueden conseguir los famosos créditos para inquilinos. O, al menos, que dieran los datos de cuántos de esos créditos fueron otorgados y el monto total de los mismos. Por otra parte, parece que llamarse “productivista” se relaciona con proclamar a los cuatro vientos, en contraposición con los 90, la política de desendeudamiento que nos vende el gobierno. Es que luego del aumento de la deuda pública de los 90, ahora está de moda hablar de producción y despreciar las políticas financieras públicas. El problema es que, después de haberle pagado al Fondo Monetario Internacional (FMI) la totalidad de la deuda y habiendo hecho una de las quitas de capital más grandes de la historia económica mundial, y sin incluir los 26.000 millones de dólares de los bonos que no entraron en el canje, el stock de deuda pública al 30 de junio llegaba a los 138.000 millones de dólares, solamente 7.000 dólares menos que al 31 de diciembre de 2001, cuando se declaró el default por entender que la deuda era impagable. No se entiende muy bien, entonces, qué quieren decir con “productivistas”, porque si de tasas de interés se trata no ha sido este gobierno, al igual que el de Alfonsín, el que ha conseguido niveles de tasas consistentes con lo que puede pagar el sector real de la economía o, para decirlo en palabras de la nueva corriente “productivista”, tasas de interés que está en condiciones de pagar la producción. Tampoco puede alegar este gobierno que pone la producción delante del endeudamiento ya que, como hemos visto, ha batido récords de rapidez para aumentar el stock de deuda pública y creado una nueva patria financiera que vende electrodomésticos a 24 meses sin intereses. Toda una novedad ésta de que la tasa de interés sea igual a cero, dado que implica que hay alguien que está dispuesto a postergar consumo presente por consumo futuro sin recibir nada a cambio. La realidad es que la pantalla de plasma es sólo una excusa para vender cuotas a tasas gigantescas. Así como hoy venden televisores a 24 meses sin intereses, mañana podrían ser salchichas, porque el negocio del modelo “productivista” pasa simplemente por vender cuotas. Es verdad que en el pasado se intentó sustituir las reformas estructurales por mecanismos financieros. Se creía que por el simple hecho de colocar más deuda, armar un blindaje o hacer un megacanje se evitaba tener que reformar el sector público, la legislación laboral, el sistema tributario, la apertura de la economía y demás medidas que todos los países que hoy crecen adoptaron en su momento. Esa sustitución de reformas estructurales por deuda pública, que terminó estallando, no tiene hoy en día su correlato con medidas de fondo. En vez de esconder los problemas estructurales detrás de un mayor endeudamiento, hoy se los oculta detrás de un dólar artificialmente alto financiado con el impuesto inflacionario. Y al tan criticado endeudamiento de los 90, ahora se le agrega una maraña de subsidios insostenible en el tiempo, junto con un fuerte castigo impositivo a la producción agrícola, ganadera y petrolera, entre otras. Así, dudo que alguien pueda llamarse “productivista”, si por esta palabra se entiende incentivar la producción, cuando se impulsa una carga tributaria que, en el caso de la soja, significa que el Estado se queda con toda la producción sojera de la provincia de Buenos Aires más la mitad. Es decir, se lleva el equivalente a una provincia de Buenos Aires y media en toneladas de soja. Menos que menos puede hablarse de incentivar la producción cuando se recurre al teléfono rojo para amenazar a quienes producen (aunque, dicho sea de paso, el único mérito de la política de Guillermo Moreno es haber dejado al descubierto la calidad de buena parte de la dirigencia empresaria argentina). Anclados en los 40, los “nuevos productivistas” creen que producir sólo implica hacer algo físico. Un médico, un docente o un ingeniero no producen nada para los “productivistas”. Todavía no se enteraron de que el 66% del PBI de los países desarrollados proviene del sector servicios. Dejando de lado el retraso ideológico imperante, lo cierto es que el actual modelo productivo o “productivista” lejos está de haber dejado las mañas del pasado más reciente que tanto critican. No hubo reformas estructurales y se las sustituyó, al igual que antes, recurriendo a políticas de fuerte endeudamiento y crecientes tasas de interés, más el agregado de la inflación y los controles de precios. Un cóctel de explosivos de alta potencia que han armado los nuevos “productivistas” y que ha sido puesto en las entrañas del mismo sistema productivo.

 
Brasil
Hasta el año 2000 la Argentina le exportaba petróleo a Brasil y la única carne de vaca allá era la argentina, porque los brasileños comían cebú. Entonces Brasilia anunció que, en 10 años, llegaría a ser autosuficiente; esos años pasaron y hoy Brasil integra el pelotón de las mayores naciones petroleras (12,5 mil millones de barriles de reservas), habiéndose descubierto una cuenca submarina, ante San Pablo, que le suma 8.000 millones de barriles, mientras se ha convertido en el primer exportador mundial de carne vacuna. La Argentina, en cambio, que cuando privatizó su petróleo, en 1991, tenía 14.000 millones de barriles de reservas; ahora le quedan sólo 2.000 millones; y ya sabemos que las exportaciones de carne han estado largamente cortadas por nuestro gobierno, de modo que sólo nos queda el 0,4% del mercado global. Probablemente, durante el mandato de Cristina de Kirchner habrá que importar petróleo de Brasil. ¿También le compraremos carne? Pero el caso es aún más grave en materia de energía eléctrica y gas (que se usa para generar electricidad). Se estima que la explosión de consumo fomentada por nuestro gobierno va a instalar este verano tal cantidad de refrigeradores que van a requerir parte de la energía de El Chocón. Por eso, la presidenta electa viaja a rogarle a Lula que vuelva a auxiliarnos con electricidad, como ya lo hizo en el invierno, cuando, a pesar de todo, hubo 69 días de cortes a las empresas. ¿Cómo justificar la propaganda del crecimiento "a tasas chinas" si se le vuelve a interrumpir la electricidad a las fábricas durante el verano? Es peor el paisaje del gas, porque el 40% de la población, la más pobre, no está conectada. Ayer mismo, una huelga de los distribuidores dejó sin garrafas a todo el Norte argentino. ¿La garrafa "social"? ¡Otro mito!

 
A días de finalizar su mandato, Kirchner le garantizará a Bonafini unos cuantos millones (¿para que Macri no la 'seduzca'?)
Mañana a las 11 Néstor Kirchner se reunirá con la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y -junto a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner- firmarán un convenio para garantizarle a la fundación la continuidad de los subsidios. Es probable que el presidente intente 'reclutar' a Bonafini, garantizándole fondos de la caja de la Nación, para que no se deje 'seducir' por el electo jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, con quien mantiene una conflictiva relación.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) A 19 días de dejar la Presidencia, Néstor Kirchner intenta allanarle un poco el camino a su esposa y presidenta electa, Cristina Fernández, solucionando algunos temas simples -porque problemas ya le dejó miles-.
Así es que mañana, a las 11, se reunirá con la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, para garantizarle unos cuantos millones para la fundación, de modo que siga siéndole funcional a los K.
Junto a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, el presidente y Bonafini firmarán un convenio que asegure la continuidad de los subsidios para la organización. Pero también es probable que Kirchner intente 'reclutar' a la titular de las Madres, garantizándole fondos de la caja de la Nación, para que no se deje 'seducir' por el electo jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
Urgente24 ya planteó que lo que planearía Macri en materia de Derechos Humanos, con Helio Rebot como encargado, sería una estrategia de 'seducción' con las organizaciones y ONG's (ver nota relacionada).
Es de público conocimiento que el empresario y Bonafini tienen una pésima relación, y ella lo ha criticado numerosas veces. Pero dejando de lado la pirotecnia verbal, hay muchos millones en juego: $32 millones para la construcción de 600 viviendas en Villa Soldati, $4 millones para becas, $1,9 millón para un plan de capacitación para la construcción de viviendas en la villa 15 (cifra que incluyó 100 becas de $ 1.100 mensuales cada una para quienes ingresen en el programa). Habrá que ver si a la hora de hacer las cuentas, Bonafini no se 'deja seducir' por los millones de Macri. Esta situación, evidentemente, no es ignorada por Kirchner, quien deberá desplegar sus tácticas de seducción (unos cuantos billetes) si quiere seguir teniendo de su lado a la titular de las Madres, para que -de paso- continúe con sus ataques hacia el electo jefe de gobierno porteño.

 
Otro inútil manotazo de ahogado: Las exportaciones de gas deberán ser autorizadas por Kirchner
En un claro gesto de desesperación ante la crisis energética que atraviesa la Argentina -y que se hará notar durante el próximo verano-, Néstor Kirchner firmó hoy un decreto para que sea el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) quien, de ahora en más, autorice las exportaciones de gas natural. Ya la semana pasada había dispuesto un aumento en las retenciones a las exportaciones de petróleo.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Otro manotazo de ahogado de Néstor Kirchner resulta el nuevo decreto para que sea el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) quien, de ahora en más, autorice las exportaciones de gas.
Así lo dispone el Decreto 1705/2007 publicado hoy en el Boletín Oficial, a partir de la modificación de los incisos (1), (2), (3), (4) y (5) del Artículo 3° de la reglamentación de la Ley 24.076, aprobada por el Decreto 1738/92, modificado por su similar 951/95.
La Ley 24.076, que regula la industria del gas, establece que el Poder Ejecutivo Nacional es la autoridad competente para autorizar los permisos de exportación de gas natural que sean presentados en el marco previsto por dicho texto legal.
Posteriormente, el Artículo 3° del Decreto 1738 del 18 de septiembre de 1992 delegó en la Secretaría de Energía, dependiente entonces del Ministerio de Economía, la facultad de aprobar o rechazar las exportaciones de gas.
Ahora el Gobierno, de cara a la crisis energética que atraviesa la Argentina -y que se hará sentir durante el próximo verano- supone que con esta medida podrá solucionar el problema. El gas natural,como recurso energético no renovable y estratégico, es de vital importancia para el desarrollo del país. Pero esta medida -sumada al aumento de las retenciones a las exportaciones- no contribuirá a optimizar su utilización y dar seguridad para el desarrollo económico.
Las modificaciones efectuadas por el decreto son, fundamentalmente, las que retiran a la Secretaría de Energía la facultad de aprobar o rechazar solicitudes, confiriéndole sólo la tarea de elevarlas al PEN para que sólo éste sea quien las apruebe o las rechace.
Cuando los acuerdos de exportación impliquen la construcción de nuevas instalaciones y/o nuevas conexiones a los gasoductos, o el uso de cualquiera de los sistemas existentes, u otras alternativas de transporte, serán aprobados por el Poder Ejecutivo, una facultad que antes tenía la Secretaría de Energía.

 
Embestida K: El Gobierno urbanizará la Villa 31 (que Macri prometió erradicar)
A 19 días de que Mauricio Macri asuma la jefatura de la Ciudad, el Gobierno nacional garantizó, mediante un convenio, la urbanización de las villas 31 y 31 bis en Retiro. Esta determinación de Néstor Kirchner bien podría interpretarse como un ataque al electo jefe de gobierno porteño, quien durante su campaña prometió "erradicar" dichas zona. Entre el Gobierno y Macri ya hubo cruces -que continúan- por el traspaso de la policía. Y ahora, con esta medida, se espera un fuerte enfrentamiento.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las más de 25 mil personas que viven en los barrios precarios de la zona de Retiro, conocidos como villas 31 y 31 bis, obtuvieron del Gobierno nacional la garantía de que no serán desalojados y que se urbanizarán las 25 hectáreas que ocupan.
Ese compromiso lo consiguieron a través de un convenio que se celebró entre el Organismo Nacional de Administración de Bienes (ONABE) y delegados de quienes viven en los terrenos propiedad del ferrocarril, a través de un acta acuerdo que se terminará de suscribir esta tarde, cuando la firme el titular del organismo público, Fernando Suárez.
Este acuerdo se da a conocer 19 días antes de que asuma la jefatura de la Ciudad Mauricio Macri, quien durante la campaña había prometido "erradicar" las villas 31 y 31 bis. Es por eso que bien podría interpretarse ésta como una embestida de Néstor Kirchner, antes de cederle la presidencia a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner.
En principio, el texto fue rubricado por representantes de los habitantes de las villas, pero faltó la firma de Suárez, quien no pudo cumplir con el trámite al ausentarse ante "un llamado del ministro" de Planificación Federal, Julio de Vido, quien conduce la cartera de la que depende el ONABE, según dijeron fuentes del organismo público, según informa la agencia de noticias oficial, Télam.
Ambas villas están situadas sobre unas 25 hectáreas de terrenos pertenecientes a la ONABE, paralelos a las vías de las líneas que llegan a la terminal de Retiro.
Si bien los terrenos en cuestión pertenecen al Estado Nacional, la Ciudad entra a jugar a través de la Legislatura porteña, que es la que establece qué tipo de uso habrá de dárseles a los terrenos.
Las villas 31 y 31 bis, cuyos terrenos están valuados entre 3.000 y 6.000 dólares el metro cuadrado, según datos del mercado inmobiliario, fueron eje de debate durante la campaña por la Ciudad, luego de que Macri prometiera su "erradicación".
Esa promesa del jefe de Gobierno porteño electo, por supuesto, generó el fuerte rechazo de quienes viven en el lugar. Los "murgueros" convocaron a una nueva manifestación en rechazo a los planes del macrismo para el 21 de diciembre próximo, con la consigna de "seguir resistiendo, para enfrentar luchando y sin tristezas estos 4 años jodidos que se nos vienen, para que la lucha sea con alegría".
Jorge Vargas, delegado de la villa 31, dijo que el acta del acuerdo, cuyos detalles fueron cerrados ayer en base a una propuesta de la Facultad de Arquitectura de la UBA, establece "el inicio de una mesa de diálogo de un plan de urbanización y hacer las obras correspondientes para los servicios".
"Nosotros hicimos una marcha hace dos años para pedir este inicio de conversación y ahora lo conseguimos", destacó Vargas, quien precisó que en el asentamiento viven "más de 25 mil personas".

 
Atento Lousteau: Grave distorsión de las cuentas públicas K, que tienen más inflación que Chávez y Evo
Resulta audaz, hasta la irresponsabilidad, que los gobernantes argentinos no consideren la extrema endeblez del 'viento de cola' que los impulsa, cuando comienza a resquebrajarse la economía estadounidense, algo que afectará a los otros países. Luego, es inmoral -y probablemente inconstitucional- la sistemática violación de la Ley de Presupuesto, según detalla el informe semanal del estudio Massot & Monteverde.
POR AGUSTÍN MONTEVERDE
Martín Lousteau: Mucha tarea por delante.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (InC.) Crecen cada año las ampliaciones presupuestarias discrecionales dispuestas por el Ejecutivo.
* En 2004 la ampliación del gasto fue de $ 9.565 millones y equivalió a 16% del Presupuesto.
* En 2005 y 2006 representaron el 18%, con $ 14.293 millones y $ 16.635 millones, respectivamente.
* En 2007 ya suman $ 26.000 millones y significa 23% adicional; a ello se agregan otros cambios y reducciones en las partidas originales que hacen más ostensible el carácter fantasioso del Presupuesto sometido al debate parlamentario.
* En la Ley de Presupuesto para este año se computó un crecimiento de la economía de apenas 4%, casi equivalente al arrastre estadístico que ya dejaba 2006.
* En el Presupuesto 2008, además de las consabidas subestimaciones de crecimiento e inflación, no se computó la suba de los derechos de exportación.
> Ateniéndonos a sus proyecciones, el gasto primario aumentaría 18% mientras que el PBI crecería 14,5%, lo que violaría lo dispuesto por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
> Esto deja al descubierto que la discusión presupuestaria se ha convertido en un ejercicio ocioso e inútil pues si realmente el Ejecutivo estimase ese desempeño el proyecto debería incluir un waiver a lo prescripto por esa ley.
> La aplicación de retenciones a sectores discriminados es propia de visiones autoritarias, que otorga a los gobernantes derecho y capacidad para decidir cuáles son los niveles de rentabilidad “adecuados” o “tolerables” y quiénes merecen ganar más y quiénes menos.
Bajo esta óptica las unidades productivas son consideradas como si trabajaran bajo un régimen de concesión antes que como legítimos propietarios con pleno ejercicio de la libertad de comerciar.
> Si se eliminasen las retenciones y el impuesto al cheque tendríamos déficit primario equivalente a la 4ta. parte del superávit informado.
* Con las nuevas alícuotas, ambos impuestos representarán la 4ta. parte del total de los recursos tributarios.
* La suba sumará ingresos fiscales por 0,6% del PBI.
La suba de las retenciones incrementará la dependencia de las provincias respecto a las transferencias discrecionales del gobierno nacional pues los derechos de exportación no se coparticipan.
* Además, como la suba no ha sido incluida en el Presupuesto 2008, los mayores ingresos podrán ser administrados al antojo de la señora Kirchner, sin discusión parlamentaria.
* Perjudica en particular a las tres principales provincias agrícolas que —a diferencia de las petroleras, que perciben regalías— aportan retenciones sin beneficio directo para ellas.
Unos ponen y otros llevan.
* El agro banca el transporte citadino: consume unos 4.800 millones de litros anuales de gas oil, cuya carga tributaria subsidia el transporte urbano y suburbano y al sindicato de camioneros.
* R. Sica (Fed. Empresarios de Combustibles): “No sigan subsidiando el gas oil para el transporte de cargas, que el 50% lo venden al campo a $ 2,70”.
El nuevo mecanismo de retenciones significa una virtual estatización de la industria petrolera y encubre una confiscación al disminuir el valor de sus activos.
* Con el nuevo régimen el Estado se apropia del excedente sobre un valor de corte de US$ 45 por barril.
* Representará ingresos adicionales para el fisco por unos $ 1.500 millones anuales, siempre que se mantenga en estos niveles el valor del crudo y no decaigan las exportaciones.
* La medida desalienta la inversión y exploración en un sector con oferta insuficiente y provoca un grave deterioro en el negocio de las refinadoras (que sufren un brusco salto de retenciones en las naftas).
* Esto facilita a los empresarios kirchneristas la compra de YPF y de Esso por la pérdida de valor inducida a sus activos.
* Sugestivamente, mientras los grandes jugadores internacionales buscan abandonar o reducir su exposición en el sector petrolero local, abundan las incursiones de capitales cercanos a Kirchner; E. Eurnekian, M. Mindlin, E. Eskenazi, L. Báez y C. López muestran un repentino —y antieconómico— interés por el castigado negocio.
En el caso de los granos y oleaginosas, la suba se basa en la audaz presunción de que los precios internacionales de los granos y oleaginosas mantendrán su alza durante los próximos años.
* Retenciones y compensaciones ridiculizan nuestros reclamos contra los subsidios agrícolas en la Unión Europea y USA e inoculan en el sector más competitivo de nuestra economía el virus de la dependencia del Estado.
* De esta forma, los productores agropecuarios son los que terminan cargando con el formidable incremento estructural del gasto que el gobierno dispuso con vistas a las elecciones.
Pero el incremento de la carga fiscal a las exportaciones agrícolas desalienta la producción y la compra de equipos e insumos productivos en el sector que lidera la inversión en Argentina.
* A falta de una reforma tributaria integral, las retenciones implican una discriminatoria duplicación del impuesto a las ganancias, exclusiva para los productores agrícolas.
* Y aumentan la brecha entre el tipo de cambio al que éstos exportan y el que deben pagar por los insumos y bienes de capital importados.
* El aumento de los derechos castiga especialmente a los propietarios de los campos pero no a los arrendatarios, empresas y grandes pools de siembra que pactan los alquileres en quintales de soja.
* Las retenciones resultan también particularmente gravosas para los chacareros de las zonas marginales.
Quedan entonces a la vista las contradicciones del modelo “productivista”.
* Sustrae fondos al sector más productivo y que más invierte de nuestra economía para pasárselo a la “caja chica” —supera los $ 26.000 millones— de la Presidente.
* Pero también ha quedado en evidencia la verdadera dimensión del remanido llamado al “pacto social”: nada que conversar, nada que acordar, solo aceptar (salvo concesiones a los verdaderos sectores fuertes del modelo: el sindicalismo y los empresarios contratistas y socios del poder).
La Argentina ya encabeza el ranking de inflación continental.
* Según la información —nada confiable— del INdEC, en los 10 primeros meses del año la suba del IPC fue de apenas 6,6%.
* Pero el alza general de los precios de la economía fue en ese período de casi 20%.
* Detrás vienen Venezuela, con 13,6 %, y la Bolivia de Morales, con 9,7%.
Se extiende el tembladeral del sector bancario estadounidense.
* A los ya conocidos quebrantos del Citi y Merrill Lynch se sumaron ahora rumores de problemas en Morgan Stanley y Wachovia.
* El HSBC advirtió que la crisis hipotecaria ya se está trasladando al crédito de consumo y previsionará pérdidas para afrontar incobrables en esa línea; para cubrir préstamos para adquisiciones apalancadas.
* La escasez de crédito ha impulsado un alza en la morosidad de los tenedores de tarjetas de crédito.
Alentados por el 'efecto riqueza' que provocó la burbuja inmobiliaria, los consumidores se endeudaron por US$ 910.000 millones a través de las tarjetas.
> Esta deuda se encuentra securitizada y dispersa en el mercado, por lo que aún no se sabe cuáles serán las instituciones más afectadas.
* Pese a que solo pueden invertir en títulos que signifiquen riesgos crediticios normales, los fondos de money market también podrían registrar pérdidas por el colapso hipotecario, pues muchos adquirieron SIV (vehículos de inversión estructurada) calificados AAA.
El crecimiento de la mora en el segmento de consumo puede anticipar una reducción significativa en el gasto de los hogares, responsable del 70% de la economía estadounidense.
* El ministerio de Comercio chino advirtió que las exportaciones sufrirán un impacto devastador si USA se enfría.
* Los altos precios del petróleo afectarán tarde o temprano el gasto de los consumidores estadounidenses.
La amenaza de algunos países de la OPEP de nominar en otras monedas el precio del crudo no tiene mayor impacto pero sí lo tendría que las monedas de los exportadores árabes dejen de estar vinculadas al dólar.
* Esto haría caer el valor de los activos estadounidenses que poseen esos países y los impulsaría a venderlos.

martes, noviembre 20, 2007

 
CONCERTACION DESCONCERTADA
Julio Cesar Cleto Cobos empieza a comprobar con amargura que la Concertación fue, antes que nada, un buen eslogan electoral. El gobernador de Mendoza tiene dificultades para ocupar la estratégica secretaría administrativa del Senado que hoy está en manos delcontador sciolista Carlos Machiarolli. El vicepresidente electo ya propuso sin éxito a tres personas de su intima confianza para ese sitio. El único que contaría con el visto bueno de Balcarce 50 sería Raúl Baglini, un radical que conoce el Congreso de memoria. Pero en ese caso, el problema de Cleto es el propio Baglini que hizotrascender que aspiraba a un cargo más importante. Sea como fuere, Cobos empieza a subir la misma cuesta que debió atravesar Daniel Scioli cuando desembarcó en la Cámara Alta. ¿Tendra la misma capacidad para sobreponerse al trato inclemente del matrimonio presidencial?

 
Cambia para que nada cambie
La presidente electa anunció su gabinete y a pesar de lo que se venía comentando quedaron De Vido y Alberto Fernandez como para que se sigan peleando entre las mafias que responden a cada uno.Miguel Peirano se va de economía como se preveía y su reemplazo es Martin Lousteau que nada tiene q ver con el ex arbitro (creo) y es el actual presidente del Banco Provincia.El tema de la seguridad, o sea la Policia pasa al Ministerio de Justicia y al frente va... el querido Anibal Fernandez que deja de ser ministro del interior para pasar al ministerio judicial por que sabe mucho de derecho sobre todo.Educación se divide en dos y se crea en consecuencia el ministerio de Ciencia y Tecnología, ojala q no quede solo en un nombre.Siguen Taiana, Tomada (si el q muchos votaron para diputado hace unos días) Nilda Garré (la q no sabe lo q es un FAL) y Alicia Kirchner por supuesto la cuñada no la va a despedir.Esto es lo q voto la gente hay q bancarselo .

lunes, noviembre 19, 2007

 
Los diálogos más sabrosos de las "Charlas de Quincho"
Esta semana, presenta en forma resumida el tradicional espacio de Ambito Financiero que analiza los escenarios anteriores a la asunción de las nuevas autoridades.
* Si los padres suelen alegrarse por la fiesta de bodas de sus hijos, en este caso los hijos celebraron la de sus padres. Es que, en segundas nupcias -una suerte de feng shui, decían especialistas orientales- consumaron festejo Constancio Vigil y Liliana Pata en toda la planta baja del Alvear. Portentoso evento con Susana Giménez, Daniel Scioli, Carlos Menem, Valeria Mazza y Mauricio Macri entre los 300 invitados, agradecidos a un cónclave gastronómico ya infrecuente en la Argentina. O frecuente en los 90, cuando abundaba como en la reunión el Veuve Clicquot brut, el Chateau Rothschild y hasta dos Angélica Zapata aún inmaduros (Chardonnay y Malbec 03). Por no hablar del Hennessy X.O. para sibaritas. Tiró literalmente Vigil la casa por la ventana: ya había tirado la editorial por excelente precio a los mexicanos de Azcárraga ( Televisa). Mucha cháchara sobre los ministros y capítulo especial para el economista Martín Lousteau, ya convertido en el «silver boy» porque el « golden» está en el Banco Central (¿es cierto que Kirchner pensó antes en Sergio Massa, pero luego retrocedió porque debía llamar a elecciones de vuelta en Tigre?). Otra pregunta: ¿es cierto que a Javier González Fraga -colaborador de Roberto Lavagna- también le ofrecieron un cargo y que lo rechazó, como hizo en tiempos de Eduardo Duhalde? Entretanto, un Macri sin rivales para la sucesión en Boca (borró la Justicia la lista opositora que dirigía Roberto Digón), de pasión danzante y apretador con su novia Malala -luego, el sábado se instaló, como de contrabando y en secreto, en un 5 estrellas de Carmelo con buena cancha de golf-, se mostraba algo sorprendido por la repentina agresividad hiriente que le vierte Aníbal Fernández, el todoterreno del gabinete. Menem, a su vez, quejoso por la falta de aviones a La Rioja, se quedó hasta tarde pero recluido en una mesa del fondo, con otras parejas de su provincia, explicando su buena relación con Zulema y Zulemita (más acaramelada que nunca con el hijo de Sobisch, de viaje por el Sur). A él le repetían la historia de que a Guillermo Moreno algunos empresarios le envían listas de precios especiales, de modo que no se adviertan los aumentos, sobre todo en el gremio de la ferretería, que es el rubro al cual antes él se dedicaba y ahora conserva su hijo. * Mucha política y algo de golf mientras, de parados, se aceptaba el cóctel de langostinos y salmones, antes de pasar al salón Versailles para sentarse ante una degustación de sorrentinos, luego una estupenda merluza negra para concluir con un confit de ternera. Mucho negro en las mujeres, escotes profundos para demostrar el tonelaje de siliconas y una «Su» Giménez que les contaba a los de «Gente» (Luján Gutiérrez, Alfredo Serra) de sus próximas vacaciones en el Sur, aparentemente sin novio, acompañada por amigos como Alfredo Odorisio. Los novios -ella de blanco, cual novata, ídem él, «el negro»- bailaron el vals con los hijos y amigos, luego subieron al escenario, acompañaron a La Mosca, y se besaron en forma interminable para no deslucir el tema «Te romperé la boca». Una corte, como siempre ocurre, lo rodeó a Scioli, a quien bromeaban por la casa que ocupará en La Plata, donde antes iba como invitado a jugar al ajedrez con Duhalde. Le pidió a Ignacio Gutiérrez Zaldívar aportes para poblar de cuadros la residencia y se interesó por los comentarios de Gian Franco Macri con su esposa Elaine (con algo más de volumen), quienes no cesaban de mencionar la venta en un solo día de 250 lotes lindantes al emprendimiento del Buenos Aires Golf (tal vez, la mejor cancha del conurbano), demostrando que a la Argentina -tampoco a Punta del Este- parece no haber llegado la crisis del real state que agobia a los Estados Unidos y, en parte, a Europa. Insistía en que la seguridad será su prioridad en la gestión provincial, evitaba pronunciarse sobre los colaboradores de Carlos Stornelli en el área (se confirma que lo acompañará también otro fiscal, Paul Stark) y, por supuesto, a él no le llegaba un interrogante: ¿por qué la gente de la Justicia se pasa a distintas administraciones gubernamentales si van a ganar menos que en su profesión habitual? * El marido de la Mazza hablaba de nuevas adquisiciones, Gustavo Yankelevich casi no hablaba, sí en cambio Luis Nofal, entusiasmado como un adolescente por sus próximos exámenes en la carrera de Abogacía. Llegaron los postres en cantidad (recomendado e soufflé con kirch y arándanos o el crouton de avellanas), siguió el baile, protagonizaron Carlos Fontán Balestra -abogado del novio-, más Santiago Soldati y su mujer Eva, tan atentos a la música que casi no hablaban. En el aire, otra inquietud: si Néstor Kirchner se va a unas oficinas en Puerto Madero con el fin de crear una mesa de estudio para generar ideas para su mujer (¿no las tuvieron en estos 4 años y medio?), ¿dónde se instalará con Juan Carlos Mazzón para organizar el peronismo, llamar a internas, formar sus cuadros, reempadronar y ubicarse como autoridades? ¿En el mismo sitio? No parece, ya que los «pensadores» progresistas podrían tropezarse y malencontrarse con peronistas puestos a dieta oficial. Mejor, tal vez, una oficina cerca del Teatro Colón. * Cuarentones y más largos, nostálgicos, memoriosos, con voluntad de resucitación, aparecían en la noche los invitados, unos 700, casi todos puntuales. Llegaban a La City, como en los viejos tiempos, ese mítico lugar de otros esplendores donde Augusto Rodríguez Larreta decidió salir de la adolescencia (vanas promesas, claro) y celebrarse las 4 décadas con tanta planificación (hasta ensayó largamente para presentarse como cantante con un grupo profesional de rock, a la sazón Los Jurásicos) que parecía organizado por la formalidad de la Cancillería. Si hasta consiguió que, junto a él, recibiera en la puerta Armando, el tradicional portero del megaboliche -como aquel antecesor Fraga de Mau-Mau-, ahora empresario de seguridad, antes más influyente que Kirchner (al menos, a cierta hora de la madrugada). A ese icono de los 80, entonces, aterrizaron amigos y conspicuos, atraídos por la simpática personalidad del cumpleañero y, también, la ascendente estrella de su hermano Horacio, el próximo jefe de Gabinete de Mauricio Macri (cuya esposa, Bárbara Diez, cosechó elogios por la organización de la fiesta). Por no hablar de asistentes obligados al recuerdo del padre de Augustito, el ya muerto Horacio, siempre inolvidable, a quien añoran veteranos ausentes y presentes. Fiesta sin lentejas como él hubiera planeado -nunca se supo, ¿le traerían suerte?-, pero de estilo semejante, con desfile burbujeante a medida que pasaba el servicio, espléndido el sushi, luego una ensalada verde con peras y curry, más una tuille en forma de canasta con penne rigate y langostinos, cerrando con crumble de manzanas y bananas con helado de vainilla. Lo de cerrar, casi un chiste: a las dos empezaron las pizzas, mientras había quioscos que repartían helados, postres, tortas, y barras inagotables para calmar la sed de la noche ( sobre todo, con caipirinhas y champagne). * Hubo un vip en el primer piso, seductor polo para empresarios, periodistas y políticos -los rubros que merodea el festejante- con estrellas como Gabriela Michetti, Jorge Telerman, que aguantó hasta pasadas las 4 ( acompañado por Oscar Feito, quien pidió contratar la banda para La Trastienda), Esteban Bullrich, Eduardo Elsztain (con kipa negro y, respetuoso del shabbat, llegó caminando desde su casa en Belgrano, agradecido de vivir no tan lejos), el católico padre Guillermo Marcó, Alejandro McFarlane (compañero del San Andrés), Herve Pollet (Adecco), Martín Granovsky (a cargo de «Télam», seguro reemplazante de Héctor Timerman como cónsul en Nueva York) y Gabriel Martino, del HSBC. Lo mejor, de lejos, fue una modelo australiana divina hasta para las mujeres, con pañuelo túnica como única prenda ya que hasta se olvidó la bombacha en la prisa para llegar a fiesta; esta sans-culotte revolucionaria le obsequió una botella de champagne y una cala al inocente cumpleañero, cándido porque él, desde el escenario, no podía observar la carencia íntima de esta llamativa asistente. Quien sí había dejado de ser un carenciado sentimental es Cristiano Rattazzi, de vuelta a su temperamental amor charrúa (Alicia Fernández, quien parecía con labios más pulposos luego del impasse amoroso, siempre en comparable estética a la modelo Luciana Salazar), sonriente él como en los viejos tiempos de La City. Al escenario, para cantar -el grupo de Augusto tocaba Ratones Paranoicos, Gilda y Rolling Stones- subieron el propio McFarlane, la Michetti -bien producida, mejor entonada, la emprendió con «Arde la ciudad», una letra no demasiado bien elegida para su futuro cargo de vicejefa porteña- y el matrimonio bien alimentado de Diego Santilli y Nancy Pazos, esta última montando su propio espectáculo como dudosa odalisca. * Había quien recomendaba el último best seller político en Nueva York, «The Israel Lobby and USA Foreign Policy» (John Mearsheimer y Stephen Walt), y otros que insinuaban el traslado religioso de Hugo Chávez al islamismo (por establecer la ley seca, el ataque a la Iglesia Católica y su poca afición a la monogamia). Pavadas: un certero observador señaló que en Riad, en el encuentro de la OPEP, se santiguó dos veces. “Claro, es para desmentir los rumores”, insistió el caprichoso, mientras un tercero recordaba cuando el jefe venezolano se hincó y le besó el anillo al obispo de Luján, Rubén Di Monte, luego que éste le obsequiara una réplica de la Virgen de Luján. Ese mismo informado señaló: hay que ver el fervor de los artistas argentinos que mandó el gobierno a Caracas, las tenidas hasta la madrugada en la embajada, con guitarreadas (Juan Falú), Cecilia Todd de visita y hasta el vice de Chávez, Jorge Rodríguez, aprovechando para recitar poesía mientras sube el precio del petróleo. Dejó otra perla: Cristina, dijo, ya le encontró tarea a su vice, Julio Cobos, y lo manda el 2 de diciembre a observar el referéndum. El tío de Augusto, también Augusto, hombre de mil facetas que fue actor con Alberto Olmedo (luego cura y, por fin, abandonó los hábitos para casarse), protagonizó también un regreso a los ochenta televisivos: quiso correr una mesa, tropezó y de espaldas aterrizó en el piso. Sonreían Carlos Pagni y Alejandro Rozitchner (embarazó de nuevo a su mujer, militante de la explosión demográfica), encargados de la maestría de ceremonias y experimentados al hablarle al público sobre el encuentro y el significativo cruce de los 40 años. Son expertos. Hubo dos videos, uno con los hijos del entusiasta cumpleañero, y una sentida lectura de una arquitecta amiga-novia. Mientras, pasaban la ex de Facundo Arana, Agustina Lecouna, Marcos Gastaldi sin esposa, Raúl Peralta Ramos, primo de los Rodríguez Larreta y ex de Mora Furtado, Ricardo Yofre, Mario Quintana de Pegasus, el padre putativo de Alfonso Prat-Gay y de Martín Lousteau (quien defaulteó, no asistió como corresponde a cualquier kirchnerista), Luis Pico Estrada, Juan Pablo Schiavi y Santiago del Sel, ex ministro de Elisa Carrió si ésta hubiera ganado las elecciones. * Algún testigo narró un almuerzo poco significativo por lo que se dijo, aunque con figuras connotadas. Fue en el Banco Central, lo planificó Martín Redrado, quien junto a 10 economistas (Luis Secco, Pablo Rojo, Javier Finkman, Nicolás Dujovne, Rodolfo Santángelo, entre otros) compartió un lomo medio pasado con ensalada con el delegado del Fondo Monetario Internacional, Anoop Singh, al que acompañaron con agua o naranjada de polvo. Comentaban que el odiado representante no usó la palabra “Argentina” en ninguno de sus comentarios; sólo aludió a lo conocido: América latina debe ahorrar más, mejorar la productividad y lograr que el déficit fiscal no dependa del precio de los commodities. Consejos de Viejo Vizcacha, casi una afrenta para los heterodoxos funcionarios del gobierno. De ese capítulo a otro más terrestre, ya que el hermano Horacio, blanquiceleste como el padre (nadie entiende que alguien que adora tanto a su padre, como Augusto, no se enternezca con Racing), se rendían al culto del club de Avellaneda junto al abogado Federico Polak (supo ser, sin embargo, interventor en Boca y vocero de Raúl Alfonsín, un hincha de Independiente que ahora se va a Estados Unidos a ver a su hija y practicar el inglés) e Ignacio Bracht, dos impenitentes fanáticos. Recordaban los tiempos en que el padre Horacio presidió el club y, como no había fondos, se dispuso a vender al delantero Julio Villa; no aparecían compradores y, para mejorar la cotización y ponerlo en la vidriera, un día le pidió a un amigo de California que viniera con el sombrero texano y dijese en Ezeiza que venía a adquirir el pase. Sea por esto o por algún otro milagro, vendieron a Villa al fútbol de Inglaterra. Lo cierto es que la mayoría rumbosa y disipada bailó, habló y se retiró a las 6 de la madrugada, como en la vieja City: una vez al año se puede retroceder y vivir como hace 20 años. * ¡Perón vive! o «Estamos vivos los que podemos» fue la consigna para tres tenidas de ese renglón político que recordó la vuelta de Juan Perón el 17 de noviembre de 1972. Y no en un avión negro, sino en uno de Alitalia. Justo cuando Kirchner abre el libro de pases y promete lugares para la vieja y nueva (escasísima) militancia. Unos, por ejemplo, se atrincheraron en un centro de estudios en Reconquista al 40, modesto cóctel que sirvió para improvisaciones remixadas de los diputados Carlos Kunkel y Dante Gullo, más la persistente continuidad de Antonio Cafiero, convertido en el Julián Centeya del peronismo para los más cariñosos o el Julio Jorge Nelson del general para los menos simpáticos. Bocaditos mínimos y bebidas para no recordar -bueno, se trataba de la militancia reunida; exige austeridad por más que todos cobren del gobierno-, Kunkel reiterando la misma música de los 70 con la que se mantiene en cartel como los Bee Gees. Dijo que ahora cumplían 60 años (el peronismo, claro, él ya está en la tercera edad), y que pugnaban por otros 60 más. En cuotas, claro. Por su parte, Gullo -un obediente de Kunkel, no exactamente como en el pasado, aunque anduvieron por la misma calle- la emprendió contra Alberto Fernández y los advenedizos que organizaron una interna como elección nacional, en Capital, para asegurarse cargos partidarios. “A esos -advirtió- vamos a darles pelea en todo el distrito.” Parece, como siempre, que se olvidó de leer a Kirchner: él ya dijo que quiere al jefe de Gabinete como titular porteño, por otros 60 años y no en cuotas. Además, Gullo hasta escupió su propia suerte: será diputado por un hueco de la lista que armó Fernández. * Cafiero, menos combativo, repasó su propia vida -si Kunkel está en la tercera edad, ¿en cuál está el ex gobernador bonaerense?- y hasta tuvo tiempo de recordar la forma en que diseñó la lista de acompañantes para el regreso de Perón. Recordó a casi todos los integrantes, habló con tanta extensión que Gullo y Kunkel partieron cuando estaban los aplausos repicando. No tenían el mejor rostro: en aquellos tiempos, también ahora, Cafiero no era precisamente su aliado; habrá sido larguero, pero nunca montonero. Y como no está en ese negocio, tan rentable en el oficialismo actual, mejor despedirse. Quienes se quedaron, en cambio, disfrutaron de historias menores, como la de la visita de entonces a Perón de Arturo Frondizi (quien había sido presidente en el 58 gracias a un favor de éste, declarándole el apoyo, previo pago de alguna valija aérea derivada por el práctico desarrollismo). Estaba José López Rega como tutor de la puerta y quien le avisa a Perón del recién llegado. El general pide que lo hagan entrar, y Frondizi, vistiendo un largo impermeable, antes de abrazarlo, desenfunda una ametralladora Pam (primitivo utensilio ya en esa época, usado por la Policía) que escondía con dificultad. No fue amenazante, era un obsequio: «Mire, me parece que a ustedes esto les puede servir». Sorprendido, Perón le trasladó el arma a Milo de Bogetich, un progresista de aquellos años, quien hasta ese momento se lamentaba de que no habían podido bajar la «ferretería» que habían traído en el DC-8. Era su primer día en la Argentina; había quedado aislado por la acción del gobierno de Alejandro Lanusse. Después, se narraron episodios colaterales, de los muchos que luego de ese viaje llegaron a presidentes (Menem, Cámpora, Lastiri, Isabelita), a las chanzas del propio Perón (cuando el comodoro Salas le dijo: “Puede bajar”, le replicó: “¿Qué otra cosa puedo hacer m'hijo? ¿O usted cree que viajé tanto para quedarme en el avión?”), sin olvidar a otro civil que se quedó con el general, De Bogetich y López Rega: el joven Jorge Llampart, al que le dijeron: “Avisá a tu familia que te traiga ropa, vos te quedás aquí”. Los otros dos actos para el recuerdo de aquella vuelta fueron en el restorán «El General» -allí directamente pagó Cafiero- y en la CGT, donde Hugo Moyano se explayó sobre la participación del movimiento obrero (recordar a José Ignacio Rucci con el paraguas) dentro del peronismo. Y hasta soñó con la posibilidad de que algún día un sindicalista alcance el gobierno: no será a través de su método, ya que antes los gremios dispusieron de representantes por docenas en el Congreso y ahora la apatía de Moyano en ese sentido sólo permite que el movimiento obrero delegue en un abogado, el de Camioneros, Héctor Recalde. * Los cercanos a los Rodríguez Larreta tuvieron múltiple actividad en la semana: también debieron concurrir al cumpleaños de Bárbara Diez, esposa de Horacio, una wedding planner que agasajó con menú más audaz en Cuk 3, a metros de una disco en Palermo. Lo de la vanguardia es relativo: en materia de espectáculos se entregaron a Ramón Palito Ortega, quien no será Frank Sinatra pero todavía mueve corazones de variada edad. En cuanto a los tragos frutales, como la comida de fusión, interesaron a Mauricio Macri (no a su mujer, algo aburrida), sobre todo la reducción de naranja con zanahoria a la que completan perlas de campari. Como se servían en tubos de ensayo químicos, esa estética de León Ferrari le bajaba el coeficiente de buen gusto a la bebida. Había bocaditos de cuanto gusto pueda imaginarse (y no imaginarse), crostines tradicionales con jamón crudo, blinis de maíz con guacamole y langostinos, infusiones de ananá con arándanos, ideales para bailar ligero en una pista que contuvo a la Michetti, a los Santilli, a Fernán Saguier, Sergio Berensztein, el influyente Luis Caputo (Deutsche Bank), Esteban Bullrich y el economista Carlos Sturzenegger. Todos se referían al acto de asunción de Macri, el 9 de diciembre (para no opacar el de Cristina), quien lo hará solo y dejará ceremonia más reservada para su equipo, el 10. Allí contaban que a Néstor Grindetti, en Economía, lo acompañarán Carlos Walter (de la Fundación Creer), Gustavo Eglez (ex gerente de Socma), Roberto Gigante (ex de la constructora Ormas) y Mario Morando saltará de la Legislatura al Banco Ciudad. Ninguno en la fiesta: Macri les ordenó completar el Presupuesto para este miércoles con un cálculo de 11.700 millones de ingresos. Como siempre, eso no es lo más importante, sino saber lo que se gastará de esos 11.700. * Haras El Capricho, Capilla del Señor, feudo de la familia Werthein -consagrada al hipismo con los descendientes- con picadas lujosas, asado, y un show de salto y música (como estrella el chaqueñosalteño Palavecino) para homenajear a Daniel Scioli, María Laura Leguizamón, Cristian Rittondo, Valeria Mazza, Alejandro McFarlane, el ex juez Jorge Urso, Alejandro Bulgheroni (ni una palabra de las nuevas retenciones que le aplicaron), Oscar González Oro, entre otros. Mucho humor en las mesas, previsible impasse hasta la asunción del nuevo gobierno, algunos haciendo pollas de entrecasa (¿hasta cuándo dura como vice el mendocino Julio Cobos?) y una curiosidad poco conocida: así como Alberto Fernández había jugado a favor de Luis Juez contra Juan Schiaretti en Córdoba, también apostó por César Biffi en Mendoza contra Celso Jaque. No le salió ninguna bien.

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