viernes, enero 29, 2010

 
Viernes, 29 de Enero de 2010 19:29 hs. Bs. As.


¿Kirchner compró dos millones de dólares?
La amenaza de Martín Redrado de difundir “la lista de los amigos del poder” que compraron dólares tenía un destinatario especialísimo: Néstor Kirchner. Fuentes de primer nivel deslizaron que el ex presidente habría aprovechado la pelea con el campo, en la que ordenó planchar la divisa, para comprar 2 millones cuando la cotización estaba en su punto más bajo.
La Política Online 28.01.2010 20:05:00

La airada reacción del oficialismo ante la amenaza de Martín Redrado de revelar la lista de los “amigos del poder” que compraron dólares tendría su razón de ser. Es que apenas trascendió esta afirmación el Gobierno saló como de una silla hirviente: la propia Presidenta, el jefe de Gabinete y el ministro de Economía, contestaron al economista en segundos y descargaron sobre su cabeza una sucesión de denuncias penales.Es que según parece Redrado sabía a donde apuntaba. Harto de las amenazas que venía recibiendo –incluso sobre su familia- decidió jugar fuerte y mandó el mensaje. La información a la que accedió La Política Online indica que fue el propio Kirchner quien aprovechó el conflicto con el campo en el 2008, para hacer una diferencia especulando con la compra venta de dólares.Las fuentes consultadas señalan que Kirchner habría comprado incluso el máximo permitido, que es de 2 millones de dólares por mes.

La evolución del dólar en el 2008, año en que se produjo el conflicto con el campo. Su cotización más baja coincide con el voto no positivo de Julio Cobos.
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El Banco Central tiene un informe diario que cada banco, casa de cambio y entidad financiera le envía sobre quiénes compraron dólares y cuánto compraron. Para ello, cada operación de compra-venta de divisas deja asentado el DNI, el CUIL o CUIT de la persona o empresa que la realiza, el banco que la lleva a cabo, el día, la hora y el monto. Esa es la lista de la que habló Redrado y que de ser cierta esta información contendría el nombre de Kirchner o de una persona de su confianza.Además, si la operación supera los 10.000 dólares, el comprador tiene que justificar el origen de los fondos, como indican las normas de lavado de dinero.El que apostó al dólar ganóLo más grave de la acusación que dejó flotando Redrado es que indicaría el aprovechamiento por funcionarios o personas cercanas al poder de información clasificada como la evolución del dólar que diseña el Gobierno. La utilización de este tipo de información para provecho personal, entre otros delitos implica la violación del secreto cambiario y comprende penas que trepan a los 6 años de prisión.Si uno observa la evolución del dólar en el 2008 –ver gráfico- la secuencia es estremecedora, y revela la profunda incidencia que tuvo la política en sus vaivenes. La moneda realiza ese año una panza de ballena perfecta. Arranca en febrero con una cotización promedio de $ 3,14, se plancha en el pico del conflicto con el campo en el famoso voto no positivo de Julio Cobos a mediados de Julio en $ 3,01 y trepa increíblemente hasta $ 3,42 a fines del año. No hay que ser un genio de las finazas para calcular las pingües ganancias que puede haber hecho todo aquel que en el pico de la crisis compró dólares y los vendió apenas 5 meses después.Lo más grave es que el “planchazo” del dólar en pleno conflicto con el campo obedeció a una de las intervenciones más agresivas que se recuerden del central en el mercado. Es decir hubo una decisión al más alto nivel político que habilitó a Redrado a jugar cientos de millones de reservas para hundir la moneda, que por el natural nerviosismo que generaba la pelea con el campo, estaba escalando.De allí que la amenaza de Redrado desestabilizara a la Casa Rosada, al parecer el economista sabía muy bien a donde apuntaba con su inquietante frase.

lunes, enero 18, 2010

 
"Cuidado: los Kirchner no se rindieron y presionan por novedades judiciales favorables"
Reflexivo y prudente texto de Claudio Chiaruttini en su editorial en el programa Sin Saco y Sin Corbata, por AM América. "En el fondo, el matrimonio Kirchner se encuentra comportándose como ocurrió con la Resolución 125, es decir, redoblan la apuesta y mantienen sus 3 objetivos básicos: sacar de su cargo a Martín Redrado por la fuerza, embolsar los US$ 6.500 millones para gastarlos y frenar el embate de la oposición en el Congreso", afirmó al introducir su enfoque.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Pasadas casi 2 semanas desde que comenzó el choque entre el Gobierno y el Presidente del Banco Central, Martín Redrado, el Gobierno del matrimonio Kirchner se encuentra encerrado en su propia encrucijada y está convirtiendo su accionar en un verdadero monumento a la impotencia.
Como se cuenta en la City porteña, el matrimonio Kirchner, luego de casi 7 años de gobierno han convertido a un Poder Ejecutivo en algo sin poder y que no puede ejecutar sus propias decisiones.
Pese a las presentaciones judiciales, las presiones mediáticas y los discursos melodramático, el Gobierno no logró que:
> El pedido de renuncia a Martín Redrado fuera aceptado,
> No pudo expulsarlo de su cargo por Decreto de Necesidad y Urgencia,
> No obtuvo los US$ 6.500 millones que reclamaba,
> No logró un solo fallo judicial a favor,
> Las causas siguen en manos de la jueza María José Sarmiento que trató de apretar,
> La Cámara de Apelaciones favorable al kirchnerismo está desmembrada,
> Tiene varios pedidos de embargo de reservas del BCRA en New York,
> El juez Thomas Griesa está enojado con la el Gobierno argentino, indican fuentes confiables, y sólo la intervención del Banco Central permitió levantar el embargo de las reservas en USA.
> Hay rumores de que corren peligro las reservas del Banco Central depositadas en Basilea, en el Banco Internacional de Pagos,
> No aparece una estrategia ganadora dentro del kirchnerismo,
> El riesgo país está por arriba del correspondiente a Venezuela (¡!) y
> El canje, pese a lo que se sostenga, está paralizado por que contiene cifras del Indec que la Securities & Exchange Comisión no quiere aceptar como valederas.
¿Qué logró puede mostrar el Gobierno luego de casi 15 días de crispación social, mercados en baja, presiones judiciales, fallos adversos y crisis institucional?
> La cuenta del Fondo del Bicentenario está abierta, pero sin dinero,
> Logró frenar el embate de la oposición en el Congreso y
> Obtuvo un apoyo explícito contra Martín Redrado de la Unión Cívica Radical y de los partidos amigos de la supuesta izquierda progre.
A todas vistas, es un costo altísimo para tan poca ganancia, sin tener en cuenta la indiscutible confusión, soberbia y debilidad que demostró el matrimonio Kirchner ante una situación que ellos mismos crearon.
En el fondo, el matrimonio Kirchner se encuentra comportándose como ocurrió con la Resolución 125, es decir, redoblan la apuesta y mantienen sus 3 objetivos básicos: sacar de su cargo a Martín Redrado por la fuerza, embolsar los US$ 6.500 millones para gastarlos y frenar el embate de la oposición en el Congreso.
El gran cambio con respecto a la Resolución 125 es que el matrimonio Kirchner, en vez de poner todo su esfuerzo en lograr un triunfo político en el Congreso, esperan obtener ratificaciones de demostraciones de fuerza en el Poder Judicial. Una apuesta arriesgada, a la vista de lo ocurrido hasta ahora en los Tribunales porteños.
En la oposición –y en muchos hombres cercanos al matrimonio Kirchner que se dan cuenta del desgaste político que ha sufrido el Gobierno en estos días- crece la idea de intentar lo que Elisa Carrió ha llamado "lograr hacerlos perder, pero sin que se den cuenta".
Quizás, la carta más fuerte a favor de esta estrategia proviene de un grupo de banco nacionales y extranjeros (muy comprometidos con los negocios K y el canje de deuda) que fomentan el rumor de que "Martín Redrado le causó un fuerte daño al mercado, su situación es endeble y que está perdiendo la confianza de la City.
Martín Redrado sabe que no le queda mucho tiempo al frente del Banco Central, que tiene poder limitado dentro de la entidad y que el matrimonio Kirchner habrá todo lo posible para perseguirlo judicialmente. Sin embargo, el joven economistas ya jugó sus cartas y sólo espera el momento para anunciar su salida del BCRA, victimizándose.
Después de 2 semanas de la 2da. gran crisis de gobernabilidad que enfrenta el matrimonio Kirchner, el oficialismo no ha logrado ningún apoyo fuerte a sus ideas, propuestas, presentaciones judiciales y estrategias políticas.
Más allá del comunicado de prensa de la Confederación General del Trabajo (que el miércoles se declaró "en Estado de Emergencia"), las pocas declaraciones que hicieron hace una semana los piqueteros Luis D´Elia y Edgardo Depetri, el gobernador Daniel Scioli y los banqueros Jorge Brito y Mercedes Marcó del Pont, media docena de legisladores y 2 ministros... sólo hay silencio... profundo y preocupante silencio...
Es notable que un Gobierno que ha pagado cientos de millones de pesos por su fidelidad a Gobernadores, Diputados, Senadores, Intendentes, Sindicalistas, Economistas y Periodista, el staff de voces favorables sea tan acotada, tan limitado, tan pobre.
Incluso, Néstor y Cristina Kirchner se han quedado sólo en su juego de "todos tiene la culpa, menos nosotros", dado que salvo los más fieles, no se han podido movilizar 100 personas a favor de los objetivos básicos que tiene la Quinta de Olivos y la Casa Rosada.
Es más, desde el Gobierno se trató de relacionar a la jueza María José Sarmiento con la Dictadura Militar y la Represión, a través de su padre, y ni las organizaciones de derechos humanos –grandes beneficiadas económicamente por el kirchnerismo- su sumaron a la maniobra.
Lo que más sorprendió fue que el Gobierno no negara la noticia de que el matrimonio Kirchner recibió 5 advertencias de posibles embargos sobre las reservas del Banco Central por la forma de estar redactado el DNU de creación del Fondo del Bicentenario, ni que hubiera una autocrítica –puerta adentro- por los errores en los instrumentos y estrategias judiciales aplicada a nivel local e internacional hasta el momento.
La gran noticia para el oficialismo fue la amenaza de la oposición se licuó en menos de 6 horas, luego de que todos los referentes se sentaran a discutir en el Congreso.
En realidad, que la Unión Cívica Radical aceptara considerar la renuncia de Martín Redrado si se llamaba a Sesiones Extraordinarias fue mostrado por los radicales como un "gancho" para que "picaran" desde el oficialismo. Sin embargo, implicó desmoronar todo el discurso y presentaciones judiciales de la oposición que consideraron la expulsión del Presidente del Banco Central por DNU como ilegal.
Además, la negativa del Vicepresidente de la Nación, Julio Cleto Cobos, a llamar a Sesiones Extraordinarias cuando se haga cargo del Poder Ejecutivo a fin de mes (cuando Cristina Fernández de Kirchner viaje a China) consolidó la Doctrina de "Congreso Muerto", como se comienza a llamar a esta idea de que el Parlamento no se puede autoconvocar sin intervención y llamado explícito del Primer Mandatario.
El cruce de acusaciones entre la Unión Cívica Radical y Elisa Carrió y la conferencia de prensa realizada por la izquierda levantaron el ánimo de la Quinta de Olivos y la Casa Rosada que ven lejos la posibilidad de un triunfo de la oposición en una votación si se llama a Sesiones Extraordinarias, una idea que ahora cruza la cabeza del matrimonio Kirchner para mostrar un oficialismo fuerte y una oposición incoherente, débil y divida.
Pero lo importante no debe tapar el panorama completo de la realidad. A lo largo de la semana, mientras profundizaba su choque con Martín Redrado, el gobierno del matrimonio Kirchner siguió con su estrategia de desgastar a sus enemigos.
Así, la Mesa de Enlace cambió un paro por un petitorio y el Gobierno le contestó con créditos para los productores de trigo que dividió a las entidades agropecuarias y se descabezó a la Unidad de Información Financiera para colocar a un kirchnerista furioso que investigará la oferta pública de acciones del Grupo Clarín, al tiempo que comenzó el censo de medios para ordenar las primeras desinversiones en el sector.
Quien crea que el matrimonio Kirchner está vencido, se equivoca. Está desorientado, debilitado, equivocado en su estrategia y confundido en sus objetivos, pero si la oposición no presiona, no articula una movida en común y no dejan de lado las barreras ideológicas y los enfrentamientos personales, toda la crisis sólo será una dolorosa anécdota.
Tanto la Quinta de Olivos como la Casa Rosada esperan novedades judiciales favorables en la semana que comienza. Sin duda, tratarán de potenciar el efecto positivo de los diferentes fallos.
Quedará en manos de la oposición evitar el papelón que cometieron martes, miércoles y jueves. Todavía tienen tiempo, pero ya deberían haber aprendido que no se pueden desperdiciar 100 veces las oportunidad de poner en caja al matrimonio Kirchner, como lo hizo Martín Redrado con una sola palabra ("no") y un grupo de buenos abogados.

sábado, enero 09, 2010

 
El Gobierno es un tigre de papel
La crisis del Banco Central desnudó al extremo la debilidad política del Gobierno, disfrazada de voluntad arrolladora. La imagen patética de un jefe de Gabinete lamentándose por los canales de televisión de su imposibilidad de encontrar a una jueza de instrucción, es la metáfora perfecta del síndrome del despoder que hoy desvela a los Kirchner.

El otrora arrollador kirchnerismo es ya un tigre de papel, o si se quiere, un gatito acorralado, muy enojado y capaz todavía de lanzar algún zarpazo peligroso. Pero un gatito al fin. Nada queda de aquel felino temible que con sólo levantar la mirada paralizaba a propios y extraños. Hoy hasta un sofisticado yuppie de la City como Martín Redrado, se les anima al cuerpo a cuerpo y los pone contra las cuerdas. La crisis del Central vino a imprimir en blanco sobre negro la carencia que afecta por estas horas a la administración Kirchner: la ausencia absoluta de una política, de unos operadores, de unas tácticas y hasta de una disposición mental, para enfrentar la hora del declive.Como una caricatura de lo que alguna vez fue, el kirchnerismo saca pecho y lanza decretos, sin darse cuenta que pedalea en el aire. No es que el Gobierno esté acabado, pero es evidente que llegó el tiempo de pedir permiso, por favor, y siempre agradecer. De escuchar. Nada más. Y por lo visto, no saben hacerlo.

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Ya son demasiadas las hojitas que se mueven en la Justicia, el Congreso, los Medios, el Empresariado, con un viento que no es el que soplan los pulmones de la Casa Rosada. Mandonear es fácil, simplifica, pero a la vez embrutece. Y este ya no parece ser un tiempo para brutos. O dicho de otra manera, la prepotencia -en el nuevo entorno político- lo único que logra es exponer la propia debilidad.Es una enorme muestra de autoridad echar a un presidente del Banco Central por decreto. Si se logra echarlo. Pero este fresco de Gobierno acorralado por un puñados de radicales pícaros y una jueza de primera instancia, no le hace bien a la dignidad presidencial. Hay que tener el aplomo de aceptar que en determinado momento los botones dejan de funcionar, el café llega frío y las ordenes se demoran. Es la primera señal de que llegó la hora de volver a hacer amigos, de sonreír, de restañar en la medida de lo posible, las ofensas cometidas.El kirchnerismo no parece estar en condiciones de enrollar con prolijidad la bandera. Y lo triste es que su ánimo combativo, lejos de augurarle final épico, un ingreso homérico en la historia al estilo de Salvador Allende resistiendo con casco y ametralladora en mano, le puede deparar un sainete degradante y progresivo como las imágenes de las últimas 24 horas.Es que aquí estamos ante una banda de pícaros que se sirven de las últimas cuotas de poder y favores que puede ofrecer un matrimonio desorientado. No hay épica, ni gloria, ni pelea política de cierto nivel. Lo que se ve es a una Presidenta acalorada, bajo el sol abrasador del Conurbano, quitándose el pelo de la cara, sonriendo forzada entre abrazos y besos de ocasión -siempre detrás de un alambrado cuidadosamente dispuesto-, atropellando los micrófonos, para ensayar una airada respuesta a su vicepresidente, que desde el aplomo de su despacho del Senado elige entrevistas y respuestas, convoca a sesiones y sonríe, bajo el zumbido zen del aire acondicionado. No la cuidan a la Presidenta.Es tan evidente la precariedad del poder, como la dificultad del kirchnerismo para acomodar la visión al nuevo entorno. El jefe de Gabinete se quejaba frustrado por la imposibilidad de dar con el paradero de la jueza Sarmiento. “La estamos buscando con un patrullero”, alardeó, creyendo acaso que la afirmación ratificaba su condición de toro en rodeo propio y torazo en el ajeno. Cuesta imaginar un símbolo más acabado de ausencia de poder. Corrosión de la autoridad que se extiende y agrava. En el Central Miguel Pesce y Sergio Chodos enfrentaron el motín de los trabajadores de la institución, que se negaron a ejecutar la transferencia de las reservas al Tesoro. Mientras en la calle, militantes kirchneristas marchaban contra Redrado y pintaban frentes de edificios históricos. Demasiado claro: gritos para tapar la incapacidad de hacer cumplir una orden. Desprolijidades, trazo grueso y manchones, como el "anuncio" de la asunción de Mario Blejer, eternizado en el bochorno de una serie de semidesmentidas diarias. Impericia política hasta para garantizar algo tan simple como el ofrecimiento de un cargo.Desorden que se intuye en un Gobierno que tuvo más reuniones de gabinete en las últimas 48 horas, que en sus seis años en el poder. Este repliegue sobre los ministros, esta necesidad de explicar, de buscar solidaridades entre hombres que hasta hace días nomás no merecían otro trato que el de empleados, es otro síntoma de la nueva realidad.Así las cosas, todo indica que no hay política de comunicación, ni política, ni fondos, para enfrentar la etapa adversa que ya comenzó. Distintos economistas estiman que hará falta más que el fondo del bicentenario para cubrir el déficit fiscal de este año. Que se entienda bien, para “cubrir” el déficit. No para la obra pública que prometió el viceministro de Economía Roberto Felletti, que con conmovedora sinceridad reconoció que las reservas del Tesoro son para afrontar los gastos del Gobierno. “Son para incentivar la demanda”, explicó en un alarde de keynesianismo al uso nostro.En el Palacio de Hacienda le dicen a gobernadores e intendentes que “en marzo” arrancan fuerte las obras prometidas. Néstor Kirchner volvió a patear para ese mes la distribución de la pauta oficial que le había acercado su vocero Alfredo Scocimarro. Luego de repasar uno por uno a los beneficiados por la generosidad oficial, postergó su implementación.El problema es evidente. Se terminó la plata. Todavía no se nota del todo, pero ya sucedió. Al menos para sostener el actual crecimiento del gasto al 30 por ciento. Entonces, es bastante obvio que la consigna de la hora es “Reservas o Muerte”. El problema es que ya no tienen los batallones alineados, los generales brillantes y los coroneles eficientes, que en otra época opacaban el sol. Lo que hay es bronca, frustración y desconcierto. Y más grave, lo que falta es un nuevo libretista, ahora que la trama cambió. Repetición de viejos tics que sólo augura nuevos dolores. Seguramente además del Central, en el futuro intenten avanzar sobre el control directo del Banco Nación y el Bapro. La fantasía del apoderamiento de los Tesoros, remix decadente de Horacio Massacesi, imagen cabal de una administración que perdió el rumbo.

 
El negociado millonario que empujan Sabbatella y Kirchner con tierras de Morón
El ex presidente intercedió para que avance en la Legislatura bonaerense un proyecto que habilita al club Morón a ceder los terrenos de su estadio situados en el centro de distrito, donde se construirían edificios para comercializar. Una reconocida firma española estaría atrás del negocio. El vicegobernador Alberto Balestrini pidió los avales para habilitar la obra, pero Kirchner le bajó el pulgar. Y el proyecto fue aprobado en las dos Cámaras.


La sesión preparatoria de la Cámara de Diputados blanqueó la sintonía que el por diez años intendente de Morón, Martín Sabbatella, mantiene con Néstor Kirchner, pese a haberlo enfrentado en las pasadas elecciones legislativas. Pero no fue la única muestra de armonía: un millonario negocio en la ciudad del ex jefe comunal logró ser habilitado por gestiones del ex presidente. El aval final lo obtuvo en la Legislatura bonaerense, donde se hace sentir el peso de los intendentes peronistas del conurbano bonaerense, de quienes Sabbatella fue siempre uno de sus principales críticos. Sugestivo por donde se lo mire. Desde hace dos años Sabbatella difunde gustoso la licitación ganada por el estudio Vila-Sebastián-Vila y Asociados, que incluyó en el también difundido “Plan de Desarrollo Estratégico urbano” que lanzó el distrito en 2005. Consiste en trasladar diez cuadras la cancha de Morón, situada hoy en el centro del distrito, y usar esos terrenos para levantar un fastuoso proyecto inmobiliario con departamentos, oficinas y locales comerciales para vender a valores exorbitantes. Lo que Sabbatella evita contar es que, en realidad, la obra está en manos del poderoso empresario inmobiliario de Barcelona Jordi Pujol, de extrema influencia en el circuito de poder catalán, y hasta en el club de fútbol de esa ciudad, reciente campeón del mundo. El negocio tendría escasos riesgos, ya que con una porción del dinero recaudado por la venta de inmuebles se construiría, ya con la plata en mano, el nuevo y promocionado estadio del Club Morón. Pero el proyecto no podía saltear el trámite legislativo necesario para liberar al club del cargo que tiene sobre el terreno del estadio, que la provincia le cedió hace cuarenta años para el uso exclusivo de actividades deportivas. Además, para que el negocio avance, la Legislatura bonaerense, y luego el gobernador Daniel Scioli, debían cederle al club los terrenos donde quiere construir el nuevo estadio. Eran ambas demasiadas concesiones para un dirigente opositor que, por ejemplo, le robó varios concejales a los intendentes kirchneristas del Gran Buenos Aires. Durante el año pasado los legisladores del oficialismo se negaban una y otra vez a aprobarlo. El último en plantarse fue el vicegobernador Alberto Balestrini, poco deseoso a ser garante de un negocio de un intendente rival. Avezado en estos temas, pidió avales que garanticen la construcción del estadio de Morón. La empresa triunfante en la licitación no tuvo respuesta. Pero la contestación llegó del lugar menos pensado: fue Néstor Kirchner quien llamó al vicegobernador para pedirle que no frene la obra. La obediencia fue inmediata. El 26 de noviembre el Senado aprobó en el recinto un proyecto con las dos autorizaciones ansiadas por Sabbatella, y dos semanas después Diputados la convirtió en ley. La intervención de Kirchner pareció ser una jugada al límite a favor del ex intendente de Morón: de haberse retrasado sólo una semana más en cualquiera de las Cámaras, la habilitación hubiera requerido del apoyo de al menos una de las bancadas opositoras. Y Sabbatella no tiene siquiera un legislador aliado. El proyecto tiene sólo dos artículos, y es un traje a medida para que la obra promovida por Sabbatella avance sin filtros. El primero libera al club del cargo impuesto en la ley que hace cuatro décadas le dio los terrenos, o sea, le permite venderlo para usos no deportivos. Y el restante sólo obliga al club a adquirir en un año a partir de la promulgación de la ley el inmueble cercano en el que los españoles levantarían su estadio. Esos terrenos pertenecen a la provincia de Buenos Aires, y, con esta norma, se los cederían generosamente al club. Todo sea por el desarrollo inmobiliario.

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