lunes, enero 30, 2012

 
LA SALUD MENTAL


El legado oculto que dejará la extraña pareja

Algún día, la Argentina se reencontrará con la realidad, tan trastocada durante muchos años de una extraña pareja en el poder central. El legado será cuantioso pero existe uno oculto a las prioridades de hoy que asoma como muy difícil tarea.



CIUDAD DE BUENOS AIRES. Mantener en equilibrio la salud mental no es tarea fácil para un argentino. Desde el propio gobierno, vale decir de arriba hacia abajo, como funciona la corrupción en el cuerpo social del país, se cultivan las más diversas formas de distorsionar la realidad.



Al ajuste que se precipita como tormenta de granizo se lo llama sintonía fina, la cual trata de ser explicada como un freno la avivada y esta como gesta cuasi heroica para defender al pueblo, el cual en definitiva soportará las penas, como siempre, de los desaciertos y ausencia de escrúpulos de los administradores que fueron votaron.



La inflación es acomodamiento de precios. La suba sin piedad de precios no tiene registros oficiales confiables porque los mismos que deben gestionar las cuentas de todos, las manipulan para mentirles a todos.



La inseguridad es ignorada como flagelo en constante crecimiento pese a que se creó un ministerio que la atienda pero que solo depura fuerzas que están vedadas de reprimirlas mientras se oficializan los derechos humanos de los delincuentes.



Las cifras del desempleo se venden como uno de los logros gubernamentales pese a que las mismas está viciadas en su confección al considerar como ocupados, por un lado, a los que reciben planes sociales sin contraprestación alguna -lo cual se ha convertido en una incentivación a la vagancia eterna-; y, por el otro, a no menor número de empleados públicos que quedarán en la calle como parte del achicamiento de los gastos que conforman un insostenible déficit fiscal.



Se habla de la fuerza del amor, mientras se pregona el odio.



Se luce luto permanente como cábala ganadora de elecciones.



Rastros de operación quirúrgica son expuestos y utilizados como un recurso más para continuar denostando al principal multimedios al cual se pretende desguazar mientras se hace crecer un enorme grupo de medios estatales con la clara pretensión de institucionalizar el unirelato.



Los que opinan distinto al coro de lacayos que adulan a una presidente que se considera reina, son enemigos a vencer que atentan contra un modelo que nadie sabe qué es, aunque muchos lo defienden como si fuese un emblema supremo que diferencia el bien del mal.



Un ex presidente fallecido, esposo en vida de la actual primera mandataria, pasó a ser tras su muerte tan sólo Él, a quien se recurre para llorarlo como para ensalzarlo frente a las cámaras de TV, testigos infaltables toda vez que habla Ella.



Ante la catarata de incrementos de precios que se avecinan se apela a temas que distraen la atención periodística y por ende la popular como la reelección, Malvinas, las colas de una tarjeta salvadora para que supuestamente el ciudadano común no sea alcanzado por el aumento de transporte que será engañosamente para casi todos; mientras se hace oídos sordos a puebladas como las de Famatina o se ignoran problemas acuciantes como la sequía.



Con la excusa de ‘democratizar de la comunicación’ se cercena el derecho a la crítica.



Quien osa criticar al ‘modelo’ es decir al gobierno se convierte automáticamente en un enemigo del pueblo, al cual se lo ilusiona con una lucha por la emancipación de los más que tienen; mientras sus supuestos salvadores acumulan riqueza y adquieren inmuebles en barrios exclusivos.



La lista de tergiversaciones de la realidad superan cualquier enunciación posible; compendiar la misma tras 10 años en el poder -de una pareja que en conjunto o en soledad de alguno de sus integrantes se nutre de ello para ejercer la función de gobernar- sería una misión imposible o un inhumano atropello a la razón.



Cualquier político que pretenda hacerse cargo, tras el período de una extraña pareja en la Rosada, no deberá olvidarse que el mayor problema que encontrará entre tantos que recibirá de legado, será restablecer la salud mental de una sociedad que ha perdido el orden, como requisito básico de convivencia, y la discriminación para valorar los hechos, los sujetos, los objetos, las circunstancias.






La herencia oculta a resolver no es menor y tampoco es para cualquiera.

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