miércoles, noviembre 21, 2007

 
Brasil
Hasta el año 2000 la Argentina le exportaba petróleo a Brasil y la única carne de vaca allá era la argentina, porque los brasileños comían cebú. Entonces Brasilia anunció que, en 10 años, llegaría a ser autosuficiente; esos años pasaron y hoy Brasil integra el pelotón de las mayores naciones petroleras (12,5 mil millones de barriles de reservas), habiéndose descubierto una cuenca submarina, ante San Pablo, que le suma 8.000 millones de barriles, mientras se ha convertido en el primer exportador mundial de carne vacuna. La Argentina, en cambio, que cuando privatizó su petróleo, en 1991, tenía 14.000 millones de barriles de reservas; ahora le quedan sólo 2.000 millones; y ya sabemos que las exportaciones de carne han estado largamente cortadas por nuestro gobierno, de modo que sólo nos queda el 0,4% del mercado global. Probablemente, durante el mandato de Cristina de Kirchner habrá que importar petróleo de Brasil. ¿También le compraremos carne? Pero el caso es aún más grave en materia de energía eléctrica y gas (que se usa para generar electricidad). Se estima que la explosión de consumo fomentada por nuestro gobierno va a instalar este verano tal cantidad de refrigeradores que van a requerir parte de la energía de El Chocón. Por eso, la presidenta electa viaja a rogarle a Lula que vuelva a auxiliarnos con electricidad, como ya lo hizo en el invierno, cuando, a pesar de todo, hubo 69 días de cortes a las empresas. ¿Cómo justificar la propaganda del crecimiento "a tasas chinas" si se le vuelve a interrumpir la electricidad a las fábricas durante el verano? Es peor el paisaje del gas, porque el 40% de la población, la más pobre, no está conectada. Ayer mismo, una huelga de los distribuidores dejó sin garrafas a todo el Norte argentino. ¿La garrafa "social"? ¡Otro mito!





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