lunes, diciembre 29, 2008

 
Spolsky ingresó a Radio América y levantó el programa de Chiaruttini
Sergio Spolsky inició su gestión como nuevo dueño o representante del dueño de Radio América (ahora kirchnerista) eliminando de la grilla el programa dominical Sin Saco y Sin Corbata, de Claudio Chiaruttini.
Sergio Spolsky tiene una opción por Radio América, hasta el 15 de enero, pero ya comenzó a tomar decisiones y quienes venden (Compañía Interamericana de Entretenimientos) consideran oportuno no oponerse a quien, en definitiva, tiene poderes discrecionaldes de parte del Comité Federal de Radiodifusión ya que al menos desde lo editorial representa a los Kirchner.
La decisión inicial de Spolsky fue exigir a América que elimine de la grilla de programación a Claudio Chiaruttini y su programa dominical Sin Saco y Sin Corbata.
Por lo tanto, la CIE le comunicó a Devicom, empresa que produce a Chiaruttini, que no se le renovará el contrato para la temporada 2009.
Chiaruttini, ex Ámbito Financiero, ex El Cronista Comercial y ex Reuters, es un reconocido periodista crítico de los Kirchner y, en especial, de su política económica.
Su programa se encontraba apoyado publicitariamente por una cantidad apreciable de empresas y le compraba el espacio a CIE, no existiendo pasivo alguno.
Aparentemente Spolsky dejó en claro a las autoridades de América que se trata de una decisión editorial antes que comercial.
Spolsky -ya alejado de la actividad bancaria luego de la quiebra del Banco Patricios- se reconvirtió como empresario de medios de escaso peso editorial pero fuerte respaldo publicitario desde el Estado kirchnerista.
Además de ingresar a Radio América, Spolsky ya tiene la producción comercial de Radio América, que controla la empresa kirchnerista Electroingeniería, que le compró las acciones al también kirchnerista Marcelo Tinelli.
Antes de América, Spolsky le vendió el diario en inglés Buenos Aires Herald al también kirchnerista Orlando Vignatti, actual dueño del diario especializado Ámbito Financiero (¿quién habrá rediseñado la estética de ese producto? Lo dejó sin personalidad y, considerando que además perdió el espíritu de críticas e ironías, está expulsando lectores).
El último editorial de Chiaruttini en su programa radial, el domingo 28/12, fue el siguiente:
Finaliza un año difícil, complejo, en donde la decadencia del Régimen Kirchnerista se hizo evidente e imparable para sus protagonistas. Es el comienzo del fin de una etapa de la historia argentina, pero no es, ni será, una decadencia sencilla, simple o corta.
El gobierno del matrimonio Kirchner ha pasado el peor año desde que ingresaron en puestos ejecutivos, allá en la Río Gallegos patagónica. Los esfuerzos realizados luego de terminada la batalla contra el campo –y en especial en los últimos dos meses- dejan en el entorno K el sabor de haber hecho lo imposible por recuperar el terreno perdido, sin haberlo logrado.
Decepción es la palabra que caracteriza el 1er. año de gobierno de Cristina de Kirchner, la decadencia del Régimen K se produce por errores de marido y mentor, pero será la Presidente de la Nación quien pagará el costo político de haber derrumbado un proceso que muchos soñaron duraría hasta el 2015.
La decepción golpeó de lleno en la opinión pública, y las encuestas de imagen que eran las mejores aliadas del matrimonio Kirchner se han convertido en malas noticias, en datos que se ocultan para no revelar hasta que punto el Rey está desnudo.
En la comunicación del gobierno se pasó de la construcción de la legitimidad (2003) a la construcción del consenso (2007) y, ahora, estamos en la etapa de la construcción del enemigo con el fin de asegurar la supervivencia de la Era Kirchnerista dado que nada vincula más a los peronistas –o quienes fingen serlo- que tener un enemigo identificable.
La decepción de la opinión pública comenzó a generar el desmoronamiento del 'aparato político' que intentó armar Néstor Kirchner para sostenerse en el poder. Ya para las elecciones de 2005 la Transversalidad había pasado a un 2do. plano (pese a que grupos piqueteros como Libres del Sur se dieron cuenta recién ahora y que Miguel Bonasso califique ahora al gobierno de “centroderecha”).
Para reemplazar a los grupos transversales y asegurarse un triunfo electoral en 2005, Néstor Kirchner tuvo que recurrir a los intendentes municipales duhaldistas que manejan el 'sistema' (palabra que prefiere utilizar Eduardo Duhalde) bonaerense, que se volvieron en los pilares del triunfo parlamentario K. Fue el fin de la idea de que el Kircherismo era “la etapa superior” del Justicialismo (¿Recuerdan esa reflexión realizada en julio de 2003 en la Casa Rosada?).
Para las elecciones de 2007, la fantasía política se llamó la Concertación y su objetivo principal era desarticular a la principal fuerza de la oposición que podría enfrentar al gobierno, pero que fue asesinada de un balazo por Julio Cleto Cobos cuando votó en contra de la Resolución 125.
Debilitado, golpeado, Néstor Kirchner se lanzó a copar la estructura del Partido Justicialista, pero cuando logró imponer a sus alfiles al mando comenzó la fuga de diputados, las quejas de los senadores y la aparición de candidatos salidos de sus propias filas.
Roberto Lavagna fue el 1ro., luego vinieron las críticas de Martín Lousteau, las quejas silenciosas de Carlos Alberto Reutemann, las supuestas candidaturas presidenciales de Mario das Neves, José Manuel de la Sota y Adolfo Rodríguez Saá, la renuncia de Alberto Fernández, el salto de Felipe Solá y el regreso triunfal de Eduardo Duhalde.
Es curioso, pero Néstor Kirchner, quien pensó la Transversalidad como una forma de superar la estructura del Partido Justicialista, logró agrupar a una izquierda revuelta y dispersa a su alrededor, y armó la Concertación para desmembrar a la alicaída Unión Cívica Radical y que tiene el control formal del PJ; seleccionó para los cargos claves del viejo Partido Peronista a hombres que hoy se alistan en las filas de la oposición, una oposición tibia, pero oposición al fin.
La fusión de cobistas y radicales en Mendoza y la cumbre entre radicales, Elisa Carrió y los socialistas, son indicadores que las divisiones dentro de la centroizquierda que tanto necesita el gobierno para lavar su imagen están próximas a finalizar. Si a eso le agregamos que Daniel Scioli y Mauricio Macri están cortando su diálogo con el gobierno, encontramos a un Néstor Kirchner que recurrió al PJ para buscar fortaleza y quedó atrapado dentro de una estructura política que puede convertirse en su enemiga en cuanto los signos de debilidad sean más evidentes.
Está claro que desde 1989, en la Argentina, se vota con el bolsillo, por eso la decadencia de Régimen Kirchnerista, la decepción en la opinión pública, el desmoronamiento de la imagen del matrimonio Kirchner, la creciente debilidad política y la desarticulación del aparato político en el gobierno está abonada por la desaceleración económica.
Hace más de 4 años que indicamos que los datos económicos eran los principales sostenes del Régimen K y anticipábamos que cuando se revirtieran se convertirían en sus peores enemigos. El futuro ya es hoy y los indicadores económicos son más que claros:
Los 2 grandes aliados del matrimonio Kirchner -los superávit gemelos-, son hoy indicadores artificiales en donde el maquillaje y la creatividad matemática crece todos los meses.
El peso ha dejado de estar subvaluado y la sombra de la lluvia de importaciones tiene a la Unión Industrial Argentina en estado de alerta.
A la fuga de capitales se suma la ausencia absoluta de inversiones extranjeras, lo que hace que el sector productivo comience a comerse el capital instalado, como hizo en 2002 y 2003.
Los sectores industriales tuvieron su primer estancamiento desde 2002 y el campo va a tener su primer cosecha con resultados en baja en seis años.
Especialistas como Ernesto Kirtz temen que el año que viene se puedan perder 300.000 puestos de trabajo.
El gobierno no ignora la señales, pero no sabe cómo hacer para revertir los resultados. Sólo en diciembre, la Presidente de la Nación realizó más de 20 discursos lanzando avisos de supuestos planes, programas y normas que deberían beneficiar a sectores productivos y del consumo. Sin embargo, los efectos no se notan en la calle, en las empresas, en los negocios. Son cadenas de palabras que, en la mayoría de los casos, quedan sólo en cadena de palabras.
En pocas horas más, el gobierno deberá poner en funcionamiento el Plan Anticrisis lanzado desde el quincho de la Quinta de Olivos (¿no parece un lugar un tanto festivo para plantear las soluciones de un shock económico internacional empeorado por malísimas acciones a nivel local?). El gobierno reconoció que, de los$ 74.000 millones de incentivos anunciados, $64.000 millones ya forman parte del Presupuesto 2008. Sin embargo, faltan financiar $10.000 millones más.
Si a eso le sumamos que no está claro el Programa Financiero 2009 para hacer frente a los US$12.000 millones de vencimiento de capital e intereses de deuda externa y que el Estado tiene deuda con organismos oficiales como la AFIP, Lotería Nacional y el Anses por $10.000 millones por falta de financiamiento interno y externo, las dudas, las incertidumbre, las inseguridad tienen sólidos cimientos.
El gobierno peca de repentismo e improvisación. Por eso las AFJP fueron estatizadas en un mes –y el gobierno recién ahora se da cuenta que destrozó los mercados de capitales- o realiza anuncios una y otra vez sin nunca llevarlo a la práctica (como ocurrió cuatro veces con el soterramiento del Sarmiento, que antes era pura inversión privada y ahora es toda inversión pública).
Además, algunos anuncios mueren semanas después de haber sido lanzados con bombos y platillos por la Casa Rosada. Este año, por ejemplo, tenemos
> el Plan Cuota para comprar viviendas con créditos con cuotas similares a un alquiler, que nunca logró más de 4.000 operaciones;
> la reapertura del canje de deuda anunciado en Nueva York o
> el canje de bonos garantizados, que nunca se realizaron, o
> los Planes Petróleo Plus y Gas Plus, destrozados por un barril de petróleo que ronda los US$34.
El gobierno tiene la costumbre de hacer anuncios, pero no firma los decretos o normas correspondientes para llevarlos a la práctica o hace presentaciones que parecen tener nombre y apellido de los beneficiarios.
Tomemos el caso del Plan para la compra del Primer Auto, que recién estará en vigencia en enero, cuando ya hay 10.000 reservaciones o el Plan Heladeras que benefició a una sola marca que vendió 2.000 unidades en un fin de semana.
El gobierno lanza licitaciones de dinero que era de las AFJP par dar créditos y los bancos estatales, que tienen cerca de $35.000 millones de depósitos públicos, se llevan la mitad del dinero. Antes, esos fondos eran para las bancos privados, por lo cual, la liquidez del sector financiero no oficial está comenzando a flaquear y las tasas de interés sólo bajan en bancos públicos. De esta forma, el dinero privado se usa para una virtual estatización del crédito en la Argentina. ¿Sirve esto para salir de la crisis?
TGN, la distribuidora de gas, se declara en default por que los errores cometidos por el gobierno colocan el riesgo país en casi 2.000 puntos. Como la ANSeS tiene acciones de TGN y papeles de deuda en default de la empresa gasífera, la solución del Estado es buscar una intervención, colocar un veedor o amenaza con realizar un inspección. Así, el Estado es causa y solución de los problemas, juez y parte.
Los escalones de decadencia del kirchnerismo son muchos, pero nadie puede negar que los responsables de la debacle de 2008 del matrimonio Kirhcner es el propio matrimonio Kirchner. Se pueden buscar culpables externos, se puede tratar de construir enemigos a voluntad, pero la verdad es que no fue la Argentina que le hizo mal a los Kirchner, sino los Kirchner quienes le hicieron mal a la Argentina.
El estilo K es la esencia del Régimen Kirchneristas, pero hoy es el principal escollo para evitar sus consecuencias.
El estilo K se basa en anuncios propagandísticos, pero carece de gestión.
El estilo K necesita de alianzas oportunistas, pero eso no crea fidelidad.
El estilo K busca los enfrentamientos corporativos, pero eso genera enemigos.
El estilo K peca de personalismo excesivo, pero una sola persona no tiene la respuesta todas las preguntas.
El estilo K está basado en un centralismo extremo, que lo transforma en miope ante los problemas argentinos.
El estilo K no permite decepciones, por que basa su poder en la ilusión.
El estilo K no puede sobrevivir sin el apoyo de la opinión pública, por que comienza a perder su legitimidad.
El estilo K no puede darse el lujo de ver desmoronarse su estructura política, por que no ha generado amor de sus seguidores; el estilo K no resiste la debilidad política.
El estilo K con freno de la economía o recesión pierde su mayor herramienta de marketing.
El estilo K con déficit gemelos no puede pagar las alianzas políticas que lo sostiene.
El estilo K con desconfianza en el consumidor no encuentra terreno propicio para ganar elecciones.
La decadencia del estilo K fue el primer indicador de la decadencia de los Kirchner.
Ahora, todo el camino es cuesta abajo, pero no será un recorrido sencillo, simple o corto. La decadencia del matrimonio Kirchner será compleja, violenta, larga. La decadencia de Néstor y Cristina Kirchner no es futuro, ya es realidad.





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