domingo, marzo 30, 2008

 
Crispación
El segundo discurso presidencial en menos de 48 horas confirmó la sospecha que, respecto del mismo, teníamos todos. Una vez más, como si nada hubiese ocurrido en estos dos días, Cristina Fernández redobló la apuesta con respecto a la política de retenciones. Por momentos cursi, por momentos henchida de soberbia, pero siempre al borde de la crispación, la presidenta pareció ignorar el verdadero problema que enfrenta el país y confundir a propósito una medida de fuerza por una suerte de confabulación contra su gobierno. La alocución de ayer debió haber sido más humilde, más conciliadora. Fue falaz y arbitraria. Está visto que el kirchnerismo no va a moverse de la posición que ha adoptado, aunque arda el país; que no modificará la política vigente y que así como malgastó 40 mil millones de dólares recaudados en cuatro años por efecto de las retenciones, anhela disponer discrecionalmente de otro tanto hasta 2011. Ahora, la respuesta la tienen los miles y miles de hombres de campo apostados en las rutas. ¿Están dispuestos a ceder en sus demandas?





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