sábado, junio 30, 2007

 
Peligro
Un adicto a los estupefacientes o al alcohol es un enfermo; aunque sólo si se lo mira desde el punto de vista privado. Pero cuando el "enfermo" ocupa un lugar de responsabilidad, ya se transforma en un peligro para terceros y, por lo tanto, debe ser tratado como tal. El caso del pediatra Carlos María Pérez, quien fue hallado fumando marihuana y tomando vino en el Hospital Penna, podría caer en esta diferenciación: un enfermo privado y un riesgo público. En el primer aspecto, su familia y allegados se ocuparán de él con todo el esmero que requiera para su cura, pero en el segundo, el trato debería ser inflexible. Hay que alejarlo de inmediato de sus responsabilidades y aplicarle una sanción ejemplificadora.





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