viernes, mayo 25, 2007

 
DIA DE LA PATRIA
A manera de plegaria pido que en el día de la patria la honremos, defendiendo la libertad, ese don sagrado del que no podemos claudicar, ni permitir que otros claudiquen, menos aún aquéllos que no la conocen, por acción u omisión de los que sí sabemos de qué se trata, y más grave aún, de los que hemos sido capacitados y preparados para garantizarla.
Todos, sin excepción, hemos sido hechos libres, dotados de la capacidad de elegir, del libre albedrío. Sin embargo no todos sabemos que ésto es así y cometemos el sacrilegio de negar la libertad, o peor aún de avanzar indignamente contra ella, apelando muchas veces a normas y a decisiones que se disfrazan y amparan ilegítima y hasta fraudulentamente en el ropaje de la legalidad.
Por eso es hora de honrar a la patria, honrando la vida, la verdad y la justicia. Honrando así, nuestra condición de ciudadanos, libres e iguales, conociendo y defendiendo nuestros derechos pero también nuestros consiguientes deberes y responsabilidades, esforzados más en servir que en mandar.
Que este 25 de mayo, nos encuentre unidos, solidariamente como hermanos, transformando lo heroico en lo normal y cotidiano, y lo normal y cotidiano en heroico. Sintiéndonos cabalmente patriotas y ciudadanos, por ende democráticamente soberanos, construyendo la patria, concebida como escuela de servicio y ocupados en el establecimiento de un orden social y político más justo.
Miremos nuestra bandera,escuchemos y cantemos con emoción el himno, elevemos al cielo las miradas, y evoquemos con sentido de pertenencia, el amor a la patria, hagámoslo desde el alma, con las manos extendidas, a mente dispuesta y el corazón bien abierto.
En estos tiempos de desórdenes y tribulaciones, reconozcamos nuestro lugar, nuestros afectos, y con valentía y coherencia pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra infinita paciencia para encontrar las coincidencias.
Aceptemos el desafío de ser testigos de la esperanza, virtud que nos empuja a seguir luchando para salir del espiral de desorden material y espiritual en el que estamos inmersos, sembrando semillas de sensatez, cordura y santidad.
Seamos compasivos, para que nada nos resulte ajeno,ni el gozo ni el dolor de nuestros hermanos,aprendiendo y experimentando el verdadero sentido de dar,dándonos libremente a los demás.
Honremos la patria terrena que nos dejaron nuestros mayores, porque honrándola con prontitud, obediencia y humildad, tendremos la posibilidad de ingresar a la patria celestial prometida preparando el camino para los que vendrán.





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