domingo, marzo 25, 2007

 
Abuso
En cualquier país del mundo civilizado, si un malviviente intenta abusar de una menor, la arrincona en un colectivo, la manosea a vista y paciencia de la gente y le muestra sus genitales, va preso sin más vueltas. En la Argentina, es al revés. El hecho reseñado ocurrió en la localidad de Claypole, Gran Buenos Aires. El degenerado fue retenido por la policía y la jueza de Garantías, María Salvo, ordenó su libertad por falta de mérito. Acto seguido, el violador potencial, Alberto Zacarías, de 33 años, se hizo presente a metros del colegio donde asiste la menor y la amenazó. Increíble pero cierto. El padre de la menor se preguntó, con razón: "¿Qué hace falta para que la justicia reaccione?". A lo cual habría que responder: terminar, de una buena vez, con el garantismo. Mientras haya ministros de la Corte, jueces, y el presidente de la Nación insista en promover mas magistrados garantistas, los violadores seguirán libres aunque hayan abusado de menores.





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