jueves, enero 25, 2007

 
Subsidiópolis
El alza de las retenciones sobre la soja y oleaginosas para subsidiar los consumos populares tendrá, naturalmente, el efecto de expulsar a los productores marginales. Exagerando: aquellos que plantaron soja en el jardín ya no encontrarán remunerativo hacerlo y volverán a los crisantemos (el caso de muchos ganaderos pequeños que vendieron sus planteles y se pasaron). Pero lo más grave es el nivel que ya alcanza el intervencionismo fiscal, que está edificando un laberinto borgiano con subsidios "cruzados" (le sacan a la soja para darle a la harina; y a los aceites, para remunerar a las carnes). Cuando el salitrero de la Puna acabe de subsidiar el boleto del colectivo porteño y el arriero patagónico termine de subsidiar la leche para los niños de las villas, es decir, cuando todos los productores estén sosteniendo a todos los sectores parasitarios reclutados para votar, con tal maraña de subsidios cruzados, la Argentina será, definitivamente, el reino del revés.





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