jueves, enero 11, 2007

 
Kirchner enfría la cumbre con Vázquez
El presidente Néstor Kirchner habría ordenado enfriar las expectativas sobre una cumbre con su par uruguayo Tabaré Vázquez, alentada desde ambas orillas sobre finales del año pasado como parte de los esfuerzos para destrabar el conflicto bilateral por la instalación de la pastera finlandesa Botnia en Fray Bentos. Es cierto que la política exterior del gobierno del santacrucerño no ha brillado por su eficacia durante estos tres años largos de gobierno. Y no caben dudas a propios y extraños que se trata de una de las grandes asignaturas pendientes de la administración. De hecho, las marchas y contramarchas han sido una constante que colocó al país más lejos que cerca de la consideración internacional. Algo de eso parece ocurrir ahora con el eterno conflicto con Uruguay. En los últimos días de 2006, el presidente Kirchner de algún modo sorprendió a quienes siguen de cerca la saga con el país vecino, cuando declaró ante un columnista porteño su deseo de "negociar" con Tabaré Vázquez para poner freno a la escalada de tensiones bilaterales. El primer hito en el que tanto Montevideo como Buenos Aires pusieron la mira fue la cumbre de presidentes del Mercosur que se realizará los días 18 y 19 de este mes en Brasilia. Aunque de modo discreto, voceros de ambas cancillerías dijeron que esa sería una magnífica oportunidad para armar un diálogo entre ambos mandatarios. Y en una primera instancia desde la Casa Rosada no se desmintió, pero tampoco se confirmó la especie. Como dijo un informante, "se dejó picando" la chance del encuentro. ¿Qué ocurrió ahora? En despachos del primer piso de Balcarce 50 se afirma que a Kirchner terminó por no gustarle la idea de un encuentro con Tabaré, mientras el mandatario uruguayo persista en su decisión de asegurar que no se sentará a conversar mientras se mantenga el corte de los pasos fronterizos por parte de los asambleístas erntrerrianos. "Si Kirchner acepta la cumbre es para hablar sin condicionamientos, pero si nos van a chicanear con lo de los cortes, ya arrancamos mal", dijo ayer uno de los pocos funcionarios que permanecía en su despacho pese al fuerte ausentismo que generó en la Casa Rosada el descanso de una semana que el mandatario decidió tomarse en El Calafate. En buen romance, Kirchner hubiese preferido que Tabaré afloje un poco con su prédica contra los cortes y con la intransigencia que ha puesto en la cuestión, toda vez que desde la Casa Rosada se habrían comenzado a analizar medidas concretas para levantar los piquetes en Gualeguaychú y los otros dos pasos fronterizos. Aunque no lo reconocen públicamente, la decisión de anticiparse a los bloqueos y formar un cordón preventivo previo, como ocurrió ayer con personal de Prefectura en el puerto porteño, sería la base de esa nueva estrategia. La decisión estaría relacionada con la necesidad del gobierno argentino de mostrar al menos algún grado de avance para terminar con los bloqueos cuando se avecina para los próximos días --tal vez en coincidencia con la reunión del Mercosur en Brasilia-- el fallo de la Corte de La Haya sobre el reclamo que elevó el gobierno uruguayo por la violación de la libre circulación y el perjuicio económico que le producen los cortes. En la cancillería argentina son francamente pesimistas sobre la decisión del alto tribunal internacional. Se suma ahora que Kirchner decidió que no se sentará a negociar con Tabaré bajo la presión del uruguayo que persiste en enrostrarle el tema de los bloqueos a su país.





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