jueves, enero 25, 2007

 
El fracaso de los controles de precios
Los anuncios realizados ayer por el gobierno dejan al descubierto una primera conclusión: el fracaso de los controles de precios que Guillermo Moreno llevó con mano dura, durante todo el año pasado, para contener el alza de los productos de la canasta familiar. Pruebas al canto: cerca del presidente Néstor Kirchner se reconoció, en las últimas horas, que el mandatario analizó puntualmente este tema, entre otros, durante sus cortas vacaciones en Santa Cruz. Y que regresó a Buenos Aires preocupado por las primeras proyecciones que le acercaron los técnicos del ministerio de Economía sobre el comportamiento del costo de vida en el primer trimestre de 2007. No hay que descubrir la pólvora para saber que al presidente le quita el sueño evitar cualquier cimbronazo en la economía y el impacto del aumento de los precios en el bolsillo de los trabajadores figura al tope de esas tribulaciones, en un año eminentemente electoral como el que se inicia. El gobierno hace la plancha justamente encima de los buenos números de la economía y en las proyecciones para los próximos doce meses, con lo que cree anticipar un triunfo sin sobresaltos en las elecciones presidenciales del 27 de octubre, donde Kirchner o su esposa, Cristina Fernández, competirán por otros cuatro años al frente del poder. La decisión adoptada de incrementar en cuatro puntos las retenciones a la soja y a los productos oleaginosos, para financiar la producción primaria de productos que tienen directa influencia en el armado de la canasta familiar, como lácteos, aceites y harinas, va en línea directa con aquella preocupación y la percepción en la cima del poder de que los controles de Moreno, a la larga, no han servido. Así, el presidente ha decidido cambiar de política. Moreno dejará de presionar a las distintas cámaras empresarias para que firmen acuerdos de precios, que en la mayoría de los casos se sostuvieron poco y nada por el aumento de los costos de origen de producción. Cerca de Felisa Miceli defendían esa decisión, que puede provocar, a corto plazo, la reacción de los productores afectados por nuevas retenciones. "Están teniendo un ciclo extraordinario y ellos saben que el gobierno tiene margen para aumentar todavía más esas retenciones, de manera que no deberían quejarse", dijo en diálogo reservado un colaborador de la ministra. Sobre la impresión de que esta medida reemplaza, o busca hacerlo, a los controles de precios abiertamente ineficaces que implementó el gobierno a través del secretario de Comercio Interior, la fuente ministerial relativizó el dato, pero no lo excluyó. "La decisión del presidente es luchar contra el alza del costo de vida y este es uno de los mecanismos permitidos, que reemplaza al sistema de controles que sirvió para terminar 2006 con la inflación por debajo del dígito", expresó. Kirchner arrancó el año electoral que se avecina con una decisión, como la adoptada, que permite advertir que no tolerará que el aumento de los precios de productos que impactan directamente en el salario de las familias, pueda constituirse en una piedra en el camino de los comicios de octubre.





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