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Sigue floreciendo la corrupción en Diputados

Pese a la transparencia de la política que se intentó mostrar tras la crisis de 2001, volvieron algunas prácticas de la política de lo oculto en el Congreso. Lo demostró el aumento encubierto de dos mil pesos que se otorgaron los diputados para noviembre, bajo la forma de un adicional de 10 pasajes aéreos que se pueden canjear por dinero en efectivo —a razón de 200 pesos cada uno— en las oficinas de la Cámara.
La medida se hizo a través de un decreto de Alberto Balestrini que se mantuvo en secreto (en Diputados estas resoluciones no se pueden ver en Internet, como sí sucede en el Senado), tras un acuerdo de todas las bancadas que nadie cuestionó.
Una semana después, cuando el tema estalló en los medios, las primeras justificaciones oficiales sonaron difusas y buscaron confundir: se dijo que era sólo para los legisladores del interior (aunque ahora se sabe que es para todos, incluyendo a los de Capital y Buenos Aires); que también hubo aumento en el Senado (donde fue desmentido de inmediato); y que se hizo porque los diputados necesitaban viajar para concurrir a las sesiones ordinarias prorrogadas (lo que tampoco era cierto, porque tienen 20 tramos aéreos como todos los meses anteriores).