domingo, octubre 22, 2006

 
Bandas
De la oprobiosa gresca del martes, en San Vicente, poco fue aclarado; salvo que el hijo de Hugo Moyano tiene chofer particular. ¡Dichosos años aquellos de la "podrida oligarquía", cuando el intendente de Mar del Plata, Teodoro Bronzini, llegaba a su despacho en bicicleta, y cuando el presidente, Agustín P. Justo, y su opositor, Alfredo Palacios, cambiaban ironías al cruzarse por la calle Florida...! Las escenas que vimos todos por TV ya recorrieron el mundo entero --asociando otra vez el apellido Perón con el sustantivo violencia-- y se han convertido, sin embargo, en placa tornante para definir, de una vez por todas, esta situación en que la violencia --privatizada-- domina al país. Y lo domina, además, con la autorización expresa de un gobierno que proclama muy alto ser representante de una parcialidad, y sólo de una parcialidad, dedicada a pulverizar a sus rivales. Pruebas: los incidentes (más domésticos) en el Hospital Francés, provocados por sicarios a las órdenes del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que también "tercerizó" su violencia. Es notorio el discurso oficial: la policía es fascista, pero la "violencia popular" es sagrada. Y así las calles viven dominadas por piqueteros, el tránsito es habitualmente interrumpido por turbamultas politicantes, los espectáculos deportivos regimentados por barras bravas, y a los arrabales los manejan bandas y bandidos, que se reparten los territorios para secuestrar y robar, o que riñen por ellos. Y lo peor es que a los jefes --como Luis D'Elía-- se les asignan cargos oficiales, o al menos se les confía la "seguridad" de sectores enteros de la población. Es notorio que en San Vicente la seguridad le fue asignada a la CGT de Moyano, ordenándose a la policía quedarse al margen.
(LNP)





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