miércoles, abril 23, 2014
El gasto estatal frustra la política
monetaria: cobra fuerza la emisión, alentando un grosero vaciamiento del BCRA.
• El gobierno se equivoca al pensar que el desborde fiscal se puede
compensar con una política monetaria restrictiva.
• La base monetaria ha venido creciendo modestamente, a
un ritmo inferior a 20% anual.
• Sin embargo, esa desaceleración perdió fuerza, pues
el gobierno nacional requirió mayor asistencia para hacer frente al
gasto.
• Tras 2 meses de contracción, marzo volvió a ser un mes expansivo: la base
monetaria aumentó $ 4.210 millones.
• Hubo que emitir $ 10.887 millones para financiar al
sector público y $ 3.884 millones para comprar divisas.
• El auxilio al gobierno se complementó con recompras
de títulos de deuda por $ 17.200 millones al Banco Nación en el mercado
secundario.
• El efecto monetario de la operación con el Nación
quedó momentáneamente neutralizado porque colocó casi la misma cantidad en
pases, esterilizando la expansión resultante.
La operatoria de LEBAC agregó otros $ 8.996 millones mientras que las
operaciones de pases y otros conceptos cargaron con la tarea contractiva, al
absorber $ 19.590 millones.
• El comportamiento expansivo se potenció en abril: en los primeros 4 días
la base saltó $ 10.032 millones, impulsada por la devolución de los pases
pasivos del Nación, por más de $ 14.000 millones el 1º de abril.
• Como los adelantos transitorios se encontraban ya cerca de sus límites
técnicos, el BCRA en la última semana del mes se vio nuevamente forzado a
simular una ganancia, en este caso de $ 79.000
millones.
• La cifra más que duplica lo que se transfirió el año pasado —$ 34.800
millones— por el mismo concepto y muestra en qué medida el Central se ha
convertido en prácticamente el único financista del gobierno.
• Esa “ganancia” está originada en la
revaluación de las letras a 10 años del Tesoro.
• Al ser una utilidad meramente contable, por revaluación, la única forma
de realizarla consistiría en vender la entidad.
• Pero ocurre que, además de tratarse de una ganancia
exclusivamente de capital, la distribución de la misma constituye una
grosera práctica de vaciamiento del BCRA.
• Por este mecanismo, el Central se hace cargo de la
pérdida que sufre el gobierno a causa de la revaluación de las letras
entregadas por el Tesoro como contrapartida por los pagos a su cargo de
vencimientos de la deuda gubernamental.
• Es decir, el Central, además de haber sido forzado
a desprenderse de las reservas para cumplir con pagos de vencimientos
correspondientes al Tesoro, ahora le cubre bajo el disfraz de
“ganancias”, las pérdidas por diferencias de cambio inherentes a
la deuda asumida por el gobierno.
• Lo que sorprende es la enorme magnitud de esta
grotesca descapitalización: el balance semanal al 31 de marzo exhibe una
mayúscula contracción del patrimonio neto de la entidad, equivalente a 42%
del capital contabilizado en el balance al día 24.
• Otra irregularidad es que, en lugar de acreditar los
fondos en la cuenta Depósitos del Gobierno Nacional, la mayor parte —$ 61779
millones— fue contabilizada en la cuenta Otros Pasivos.
• El balance final de 2013 no se conocerá hasta
mediados de año.
• El BCRA es la única organización del mundo que distribuye ganancias en la
proporción que haya incumplido su misión fundamental, de defensa del valor de
la moneda.
Ello es así porque los activos del BCRA nominados en moneda extranjera
ganan valor cada vez que el peso se deprecia.