martes, julio 16, 2013

 
Esto no levanta, Presidente... no levanta


"La semana pasada, un grupo de encuestas crearon un clima electoral de derrota del kirchnerismo. Si la oposición cree que tiene ganada las PASO y octubre, se equivocan. Los éxitos o los fracasos electorales se construyen día a día, hora a hora, desde que se lanzan los candidatos hasta que se cuenta el último de los votos. Si no entienden esta realidad, Cristina Fernández puede seguir soñando con cuatro años más de mandato. En 10 años, han cometido casi todos los errores y, ahora, los pueden repetir"

Pese a los esfuerzos de Cristina Fernández y Daniel Scioli, la campaña del Frente para la Victoria no arranca, mientras que las fuerzas opositoras ya han comenzado con su proceso de fagocitarse los votos unos a otros. En cierto sentido, es un triste panorama a solo cuatro semanas de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.



No hay clima electoral. Uno de cada seis personas no saben para que sirven las PASO, uno de cada 7 no sabe que hay elecciones en cuatro semanas, uno de cada 4 no sabe a quién votará, aunque uno de cada 3 sabe a quién no votará. Vamos a otra elección donde el ciudadano no elegirá la figura que más lo representa, sino que votar por descarte.



No es un clima muy diferente a elecciones anteriores, lo que es distinto son los públicos que están motivados para votar y quiénes no. Por primera vez en muchos años, son los seguidores de fuerzas opositoras los interesados en llegar a la fecha de elección con rapidez. Lo que expresan cada día en forma verbal, por internet, por cadenas de mailes, por tuits o por haber concurrido a las marchas del 12S, 8N y 8A, entre otras, ahora se podrá ver reflejado en las urnas. Por eso, organizaciones de fiscalización como “Ser Fiscal” ya tienen más de 35.000 anotadas para participar en el recuento de votos en las PASO y octubre.



El clima anodino se vive en las filas del kirchnerismo, por primera vez en 10 años. Mientras que en 2009 nadie esperaba una derrota, ahora, el Frente para la Victoria enfrenta posibles malas elecciones en la capital federal, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Santa Cruz y, sorpresivamente, en La Rioja, Río Negro, Neuquén, quizás Chubut y Entre Ríos.



En las filas kirchneristas se viven dos climas.

> Por un lado, la ausencia de figuras de peso en las cabezas de lista genera el mínimo entusiasmo. Una cosa es ir detrás de Néstor Kirchner, Daniel Scioli, Sergio Massa, Rafael Bielsa o Daniel Filmus. Hoy, Martín Insaurralde, Jorge Obeid y Juan Cabandié no generan el más mismo esfuerzo de la militancia y, menos, del independiente que hoy se califica cercano al Gobierno.



> Otros militantes de los colectivos kirchneristas están muy dañados por el cierre de listas que llevó a cabo Cristina Fernández y no quieren volcar su esfuerzo hacia candidatos de La Cámpora o aquellos fieles que buscan la reelección. Menos aún participar de actos donde Daniel Scioli es la figura central que trata de salvar una elección que, por esta horas, aparece como difícil de revertir, según las encuestas publicadas.



Desde el 25/05, Cristina Fernández intenta lanzar la campaña electoral del oficialismo. Uno hecho tras otro ha cortado el clima que busca crear el oficialismo. Hoy pueden ser los ferrocarriles, ayer pudieron ser las especulaciones sobre un fallo negativo en New York; cuando no falta el trigo sube de precio la harina y, cuando se regularizan las entregas de harina, desaparece el tomate. Un día son los Cedin, el otro un paro de Hugo Moyano, antes un declaración de Diana Conti exigiendo la re-reelección o un proyecto que recorta facultades de la Corte Suprema de Justicia. La cadena de “ruido” que interrumpe los planes oficiales parecen guionados, aunque son fruto de la propia soberbia del Gobierno y el abuso del poder.



Julio de Vido, reparte subsidios y envía partidas para obras a cientos de intendentes para mantenerlos en el kirchnerismo. Sin embargo, en un rapto de sinceridad, reconoció que este año, quizás, las elecciones no sean tan buenas para el oficialismo. “En el peor de los casos, sumaremos o perderemos algún diputados”, sostuvo el hombre que asegura fidelidades.



Daniel Scioli se transformó en una figura vital para el cristinismo talibán. Cristina Fernández eligió al desconocido Intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, para encabezar la lista de diputados en la Provincia de Buenos Aires, allí donde se definen los comicios, y tuvo que colocar en los hombros del Gobernador bonaerense la responsabilidad de “transmitirle” imagen e intención de voto, algo difícil de que ocurra.



Romances ficticios con Jesica Sirio y fotos con Florencia Peña, recordar la recuperación de su cáncer de testículos o señalar el “perfecto” administrador municipal que ha sido, todo es usado en su camino a crear el mito. Incluso, se lo pone al lado de la Presidente de la Nación cuando hay que repartir computadoras o cuando hay que hablar de política internacional.



En el Frente para la Victoria dicn que con eso sólo no basta para sumar votos. La Presidente de la Nación ha visto deteriorarse su imagen durante los últimos meses y, con ello, ha mermado parte del electorado. Es un secreto a voces en las filas kirchneristas: el 54% ya no existe, pese a que se diga lo contrario. Y lo que hay tampoco garantiza que pueda ser transferido en su totalidad a otra figura con 60% de desconocimiento.



Para los cristinistas ortodoxos, Daniel Scioli ya no es una apoyo a una ayuda, en caso de que el Intendente de Lomas de Zamora saque algo más de 15% de los votos, se lo adjudicará el Gobernador de Buenos Aires y será su trampolín para heredar a Cristina Fernández. Una especulación valedera, pero tampoco sirve mostrar a Martín Insaurralde al lado de Amado Boudou, un “piantavotos”; o un ministro sin peso ni imagen.



En el entorno del Gobernador de Buenos Aires hay algunas dudas. Pese a la orden que les dio Daniel Scioli, pocos se juegan por los candidatos kirchneristas y nadie moverá un dedo para que sean elegidos. Se preguntan: ¿Qué pasará si Martín Insaurralde no crece en la intención de voto en las encuestas las próximas dos o tres semanas, la Casa Rosada culpará al ex motonauta por el fracaso? Por el contrario, si crece la intención de voto del Frente para la Victoria en Buenos Aires, ¿capitalizará este triunfo Daniel Scioli, Martín Insaurralde o Cristina Fernández? Parece extraño que la Casa Rosada “regale” ese capital a un enemigo político.



De esta forma, para los colaboradores del Gobernador bonaerense, Daniel Scioli tiene más para perder que para ganar. Por ahora, todos son sonrisas, promesas y agradecimientos en la Casa Rosada. ¿Y si el Frente para la Victoria sale segundo? ¿Quién pagará el costo político?



Para Cristina Fernández, depender de Daniel Scioli es un castigo. Pero también depende de otros gobernadores y cientos de intendentes para no perder las elecciones. En realidad, la construcción de poder del kirchnerismo ha sido una mentira y en las filas oficialistas se dan cuenta de la debilidad que tiene el proyecto cristinista para sobrevivir.



Sin embargo, lejos de estar derrotado se encuentra el Gobierno. Cristina Fernández es la figura política con mayor intención de voto y tiene mucha menos imagen negativa que algunos de los candidatos opositores. El Gobierno tiene cien veces más iniciativa política que toda la oposición junta, tiene mil veces más dinero para gasto electoral, maneja los resortes administrativos de las elecciones, cuenta con el mayor aparato clientelar de la historia argentina y con el más alto apoyo de medios de comunicación que pueda comprar una pauta oficial desde el regreso de la democracia.



El Gobierno camina a las PASO esperando una reactivación económica que no llega, un florecimiento del consumo que no se siente y reprimiendo una inflación que todo el mundo siente en sus bolsillos. El Gobierno se dirige a octubre pronosticando un exitoso blanqueo de capitales que, aún, no se registra; con el peligro de ingresar en default técnico por un fallo judicial contrario en New York y con el riesgo de que el Pacto Automotriz con Brasil, motor del crecimiento industrial del llamado “Modelo”, se caiga a pedazos. Parece una carrera contra el tiempo.



No obstante, la sensación de derrota que inunda a las huestes kirchneristas no afecta los planes de Cristina Fernández. No sólo se mantienen los mismos combates contra los mismos enemigos, sino también, se suman nuevos cada semana. La Casa Rosada lanza cada día y medio un proyecto de ley para vaciar de poderes a la Suprema Corte y desea un rápido fallo sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios, ya sea para desguazar al Grupo Clarín o para lanzar un feroz ataque contra el Alto Tribunal. Guilllermo 'Lassie' Moreno sigue acosando operadores cambiarios, mientras el Banco Central centra su mira sobre el ingreso de los bancos y la Comisión Nacional de Valores avanza en su idea de quedarse con el control del Mercado de Capitales. Al mismo tiempo que se amenaza a petroleras se intenta buscar socios para que salven a YPF. Mientras se paran los puertos, el Gobierno avanza en su idea de recrear la Junta Nacional de Granos, sin importarle tener que volver a repetir lo vivido en 2008 con la Resolución 125.



Poder absoluto o destitución. Así piensan en la Casa Rosada. No está en su ADN aceptar una capitulación del poder. Se gana al ganar o se gana al perder. La victimización siempre es una opción. Las huestes de Montoneros y sus aliados sobrevivieron 40 años para tomar el poder victimizándose gracias a la brutal represión que aplicaron los militares. Por eso exageran con el clima destituyente o con las amenazas de corporaciones enemigas.



Para Cristina Fernández y su reducido entorno, es un logro sumar enemigos. Ha convertido en un arte poner en juego su poder contra alguna corporación que pueda oponerse a la corporación kirchnerista. El Gobierno no tiene amigos, sólo aliados circunstanciales o enemigos. Es un mundo de blancos y negros absolutos, pese a que la política es un mundo de grises.



La gran suerte de Cristina Fernández y el kirchnerismo sigue siendo la oposición, que salvo excepciones contadas, sigue sin tener un discurso alternativo, no ofrece opciones y circula por los medios derrochando una y otra vez las mismas palabras. Sólo eso, mantiene el clima electoral congelado, inalterable para la Casa Rosada.



La semana pasada, un grupo de encuestas crearon un clima electoral de derrota del kirchnerismo. Si la oposición cree que tiene ganada las PASO y octubre, se equivocan. Los éxitos o los fracasos electorales se construyen día a día, hora a hora, desde que se lanzan los candidatos hasta que se cuenta el último de los votos. Si no entienden esta realidad, Cristina Fernández puede seguir soñando con cuatro años más de mandato. En 10 años, han cometido casi todos los errores y, ahora, los pueden repetir.


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